martes, 14 de mayo de 2013

Las cartas sobre la mesa

El negocio es lo que cuenta, ese parece ser el criterio que seguirá el legislativo, cuando tenga que elegir a los próximos magistrados del Poder Judicial. Ya las cartas están sobre la mesa, el diputado Fabio Molina, jefe de la fracción legislativa del Partido Liberación Nacional, declaró al Semanario Universidad, que “los magistrados deben provocar un clima de negocios”

El sistema democrático de una república independiente, está compuesto por un complejo mecanismo de frenos y contrapesos, en el cual se garantiza que el poder no permanecerá concentrado en las manos de unos pocos, sin embargo desde hace casi diez años, la apatía, desencanto y desesperanza que aquejan a la sociedad costarricense y a partir de esto al electorado, han causado que un número, cada vez menos representativo de votantes, se aproveche de esa circunstancia y coloque, por razones de un fanatismo irracional (que raya en las mismas actitudes de algunos aficionados al fútbol) a un grupo de políticos que tiene como misión, el reclamar como suyo no sólo el control de los poderes ejecutivo y legislativo, sino que a través de las potestades de este último, desea hacer suyo el último bastión de poder que conserva todavía alguna independencia.

La razón ha quedado evidenciada, luego de las desafortunadas declaraciones del líder legislativo verdiblanco, ya no es el momento de hacer que prevalezca la legalidad, ni la independencia de poderes, no es hora de defender las garantías y derechos de la ciudadanía y con ellos de las minorías más débiles, se trata ahora de emitir resoluciones y sentencias que satisfagan la visión empresarial de una minoría excluyente que domina el país.

Esto es la salida del “closet” del partido liberación nacional, quedando expuesto ante el electorado, o al menos ante esa parte más consciente del mismo que con esto ya puede ver confirmadas sus verdaderas intenciones.

Esta es la definitiva politización de la justicia, la cual con el aval de magistrados complacientes, se encargará de destruir los últimos vestigios del Estado Social de Derecho, llamado con más propiedad el Estado de Facio (según las palabras del economista Mario Devandas, retomadas por el magistrado Fernando Cruz) y que ayudaron a forjar, paradójicamente José Figueres Ferrer y Rodrigo Facio, fundadores del entonces socialdemócrata Partido Liberación Nacional y que desde mediados de la década de los años ochenta, se transformó en el refugio de sus antiguos rivales y enemigos encarnizados, la clase empresarial, la cual por medio del superministerio de Comercio Exterior ha definido la política económica de Costa Rica en la última década.

Solo resta conocer, si la desidia e indiferencia del electorado, continuará actuando en su propio perjuicio y acabará por transformar a Costa Rica en uno de los países con menos desarrollo humano de este lado del planeta, todo eso en nombre de los negocios.

Fernando Coto Calvo
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital El País.cr el 14 de mayo de 2013.

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