miércoles, 31 de julio de 2013

De la necesidad de restringir determinados conceptos

En 1918, en Moscú, en plena efervescencia revolucionaria, Anatoli Lunacharski encabezó el Tribunal que juzgó a Dios. Una Biblia fue sentada en el banquillo de los acusados. Según el fiscal, Dios había cometido, a lo largo de la historia, numerosos crímenes contra la humanidad. El abogado de oficio alegó que Dios era inimputable, porque padecía demencia grave; pero el Tribunal lo condenó a muerte. Al amanecer del día de hoy, cinco ráfagas de ametralladora fueron disparadas al cielo.

El hombre que fusiló a Dios.

Los Hijos de los Días, Eduardo Galeano

Según el profesor Haba, para poder usar con sentido el término libertad es necesario conocer sus tres referencias, "quién o quiénes son libres; frente a quién o quiénes; y en qué respecto". Además, agrega que se podría considerar una cuarta cara, la de las consecuencias, en el tanto y en el cuanto se deriven del ejercicio de la conducta "libre" ya sea para el titular de esta o para terceros vinculados a él.

Ahora bien, lo anterior no significa que acá se vaya a hablar de la libertad, por el contrario, la idea de traer a colación dicha noción es la de rescatar el sistema cuatrilateral que lo componen, en especial respecto a las consecuencias; elementos que no se suscriben únicamente a la libertad como tal, sino que pueden y deben aplicarse en otros conceptos, sobre todo cuando utilizamos la noción de derecho, misma que actualmente se emplea de forma indiscriminada.

La necesidad de esto impera dado que hoy día existe una tendencia de justificar, e inclusive exigir, una serie de acciones, pretensiones o privilegios alegando que son un derecho, al punto inclusive de categorizarlos erróneamente como derechos fundamentales. El problema de esta situación radica en que al respaldar cualquier prerrogativa como un derecho, induciéndole un carácter de esencial o vital, estos dejan de serlo, es decir, el resultado de generalizar todo como primordial es que automáticamente pierda esta determinación.

He ahí la importancia de tener claro los elementos anteriores, pues son estos los que nos permitirán realizar un uso adecuado de la terminología a la que vayamos a referirnos, además de poder comprender, y sobre todo de poder ser conscientes, cuando se utilicen estos deliberadamente en carácter falacioso, sobre todo en discursos políticos los cuales pretenden generar una presión y justificación para obtener un beneficio particular.

Podemos mencionar como un derecho fundamental el derecho a la vida, el cual ha sido consagrado a nivel nacional en la Constitución Política y a nivel internacional mediante una serie de instrumentos tales como pactos y convenios internacionales, como lo son por ejemplo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre los Derechos del Niño, el Pacto de San José de Costa Rica, entre otros. Sin embargo, existen otra serie de prerrogativas, que no deben confundirse como derechos, a los cuales se le aduce esta categoría, tal es el caso de la fecundación in-vitro, (importante aclarar que no se pretende acá referirse a que si ésta debe ser prohibida o permitida, que si es buena o mala, pues ya cada uno tendrá su determinación sobre ello), lo que se pretende con este ejemplo es señalar como la CIDH llega a determinar una decisión que afecta todo un ordenamiento jurídico en el cual se concebía una ideología sobre el derecho a la vida y la protección de esta, sin embargo al establecer la CIDH como derechos fundamentales una serie de facultades del ser humano, no de derechos propiamente, como lo es la facultad de reproducirse.

Esta situación, al igual que muchas otras, sucede pues no se consideran todos los elementos que están presentes en este tipo de conceptos, ya que se toma en cuenta prácticamente solo el quién o quiénes son titulares de una determinada situación jurídica olvidándose de los demás, principalmente de cuáles serán las consecuencias o repercusiones de dichas situaciones, ya sea tanto para su titular como para quién esté en relación con ella. Al ser conscientes de cuando debemos y podemos utilizar estos conceptos y al hacer un uso responsable de ellos no caeremos en un estado donde todo sea “vital” y por ende vaya a estar regulado pero que en consecuencia no podremos, en la realidad, ejercitar la defensa de los asuntos que realmente sean indispensables custodiar.


Luis Diego Pacheco Sánchez
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 31 de julio de 2013.

miércoles, 24 de julio de 2013

El parto anónimo

El llamado Parto Anónimo o Parto X es una iniciativa para salvar vidas humanas y garantizar la supervivencia social. Tiene como propósito reducir los casos de aborto y abandono infantil, para así permitirle a la mujer que opte por este tipo de parto para quedar libre de cualquier responsabilidad penal o civil en relación con su hijo.

Cuando una mujer no desea o no puede criar al hijo que espera, podría tener el parto sin identificarse y daría al recién nacido en adopción. Con esto la idea es agilizar el proceso de adopción, después de ocho semanas de nacido, en la mayoría de casos, pero esto podría variar de un lugar a otro. Entre los países donde existe esta opción, encontramos el caso de Francia, Austria, Alemania y Suiza, estos dos últimos, donde también se le conoce como “buzón bebé”.

El uso de esta alternativa ha demostrado reducir en gran cantidad las muertes de recién nacidos que son abandonados o asesinados tras un parto clandestino, en pésimas condiciones, y con graves consecuencias físicas y psíquicas, tanto para la madre como para el bebé. “Las estadísticas en Francia respecto del mismo, demuestran que unos 10.000 niños nacían anualmente con este sistema, y desde la legalización del aborto, en los setenta, ese número cayó a cifras cercanas a 550 niños por año. 

Según el gobierno de ese país, el 80% de esas madres son solteras y el 50% tienen menos de 23 años. Esto permite observar que esta figura legal funcionó como alternativa al aborto, hasta que este se legalizó.” También es este el caso de Austria, donde también se han reducido en gran cantidad los casos de aborto, “El parto anónimo garantiza a la mujer y su bebé una atención médica adecuada durante el parto y posparto. Tras casi 10 años de experiencia en Austria los casos de abandono de recién nacidos tras partos “a escondidas” han bajado un 50%.”

Las razones para la implementación de esta alternativa son varias, y van desde cuestiones religiosas, económicas, hasta el deseo de una mejor vida para el niño. “Los motivos de las “madres sin nombres” son varios. Según una encuesta un 40% indica problemas económicos y faltas de perspectivas de futuro para criar a su bebé. Para un 15% un aborto no era una opción por razones religiosas o étnicas. Un 8% de las mujeres vivían en una relación violenta. Un 5% de las madres decían que se veían incapaces de hacerse cargo de un bebé. Son mujeres de todas las clases sociales, con edades comprendidas entre 16 y 45 años, una mayoría de ellas ya tenían hijos, muchas escondían su embarazo en su entorno ya que en la gran mayoría de los casos son embarazos no deseados.” 

Los que defienden el parto anónimo argumentan lo siguiente:

1- El anonimato protege tanto la vida y salud del niño como la de la madre. Protege a la madre, ya que no recurre a prácticas como aborto o parto clandestino, sino que se hace atender en centros de salud, donde se le proporciona un ambiente seguro y se le proporciona todo lo necesario para dicho parto. En cuanto al niño, de no ser por esto, posiblemente no hubiera nacido, o de ser así, hubiera sido en condiciones no aptas o insalubres, también puede ser el caso de haber sido criado por su madre en situación de abandono o negligencia por no desearlo. El secreto de la maternidad es, entonces, una necesidad social a fin de prevenir el infanticidio y el aborto tardío.

2- Los países que carecen de la figura del parto anónimo tienen una tasa de infanticidio mucho más elevada que Francia; en éste, el número de condenas por infanticidio fluctúa en alrededor de una decena por año. 

3- La identidad filiatoria es biológica, con respecto a los verdaderos padres, pero una persona adoptada tiene identidad biológica con respecto a los que lo adoptaron, por lo que no se le está quitando ese derecho. 

El derecho a la vida es lo más importante en este caso, es un derecho natural que debe respetarse ante todo, por lo cual no se puede aceptar la supresión de este derecho a través de métodos como el aborto. El parto anónimo es una solución a este problema que no trae consecuencias como la muerte de una persona inocente.

Antes de nacer, el niño es un ser de extrema fragilidad e indefensión, salvo la natural protección brindada por su madre. La vida, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible. El derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana.

Desde la concepción, el derecho a la vida tiene que ser respetado de manera amplia, por lo cual es de suma importancia que no se practiquen métodos como el aborto, eutanasia, infanticidio y el abandono.

Allan Sandí Monge
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 23 de julio de 2013.

sábado, 20 de julio de 2013

La errónea técnica legislativa

"Mi verdadera gloria no está en haber ganado cuarenta batallas; Waterloo eclipsará el recuerdo de tantas victorias. Lo que no será borrado, lo que vivirá eternamente, es mi Código Civil" - Napoléon Bonaparte, hace 200 años

¡A todos aquellos que deseen ampararse en el Derecho o ejercen la aplicación de las Ciencias Jurídicas en defensa de ideales de justicia efectiva y eficaz, atémosle las manos!; de no gustarle el tema a cualquiera de los lectores simplemente hablemos hoy de la mala técnica legislativa.

En primer lugar y únicamente con el fin de lograr conducir a los lectores a envolverse en el entorno de nuestra realidad costarricense, se señala a Costa Rica como un país donde abundan las leyes, existen literalmente y sin alteraciones de la realidad, miles de leyes.

Se pone en cuestión la existencia de norma jurídica para todo tipo de situación, pues no, eso sería imposible, desde la óptica de saber que una norma jurídica debe prever de forma anticipada cualquier hecho fáctico para su aplicación, es imposible prever cada situación. Por otra parte podemos entender desde el punto de vista cuantitativo de las leyes, la forma mediante la cual el Estado logra inmiscuirse en la vida de los ciudadanos, partiendo del principio del Derecho Privado que se puede realizar cualquier hecho en el tanto no esté prohibido, lo que traduzco a la analogía: a mayor cantidad de leyes mayor el ámbito restrictivo.

Posteriormente, solo pensemos en el supuesto nadie puede alegar ignorancia de la ley.

Sin embargo el problema y el tema, aquí planteados no pretende atacar lo referente al número de leyes, sino a la calidad de las mismas, la idea de pensamiento, que por este medio se pretende transmitir, nace de una clase de Derecho Comercial en la Facultad de Derecho, a partir de la no comprensión del sin sentido de una norma, que fue creciendo y tomando sentido en el tanto el curso de Filosofía del Derecho desarrollaba su tema del sentido del lenguaje.

Si bien es cierto en nuestro país muchas de las leyes aprobadas en la Asamblea Legislativa fueron maquiladas en otros países y mal retocadas por el legislador costarricense, debemos cuestionar la capacidad de los mismos para la creación de la norma y el conocimiento de la ciencia en cuestión, de lo cual nacen bastantes dudas por parte de aquellos preparados en la materia.

Al punto que se pretende llegar es que si bien el legislador cumple la función de la representación del pueblo en el plenario legislativo debe cumplir su función a conciencia y asumiendo la responsabilidad en el caso de no contar con la capacidad, que no se adquiere mediante una trayectoria política, salir en la televisión o los quince minutos de fama, sino respaldado por estudio, la preparación y capacitación, lo cual indiscutiblemente no podría ser delegado en asesores.

El punto de la crítica que esta opinión pretende enmarcar, es que se requiere un poco más que creatividad para la creación de leyes y siendo de esta forma, tenemos claro que el legislador no está en la capacidad de consignar definiciones dentro de las normas, y de cierto modo limitar los alcances de las mismas, sino que la única tarea de la cual se debe encargar el legislador es la de suplir de instituciones jurídicas a la norma, que posteriormente se le otorgará un marco de aplicación por medio de la doctrina y la jurisprudencia, encargada de suplir de herramientas a quienes pretenden el Derecho y la justicia. Así mismo se pretende entonces la creación de normas con la amplitud para adecuarse en el tiempo y a los cambios y la precisión de su efectivo y eficaz alcance.

De modo que se pretende enmendar los errores de la norma y la falta de capacidad personal para la certera técnica legislativa, empleando el medio del lenguaje, para dar el gran salto entre la aplicación de legalidad en los tribunales costarricense y la puerta a la justicia.


Daniel E. Gómez Zeledón
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 19 de julio de 2013.

miércoles, 17 de julio de 2013

Doble moral en el catolicismo

Desde que nacemos estamos sometidos a un adoctrinamiento religioso, el cual nos hace pensar, sentir, y creer en una deidad la cual nunca se manifiesta de manera concreta, pero se le atribuye todos aquellos hechos que según nosotros no tienen explicación lógica o racional. Todas, absolutamente TODAS las religiones proclaman que su “verdad” es la real y única forma de lograr la salvación después de la muerte, (sin cuestionar que los libros y escritos en los que basan sus creencias fueron redactados por seres humanos, los cuales estoy seguro que seleccionaron y escogieron los más convenientes para proclamar sus creencias). 

No pretendo entrar en una crítica en general sobre este punto, ya que considero que la religión, en combinación con el derecho, juegan un papel determinante ya que están destinados a mantener un mínimo de paz en la sociedad y la relaciones que se dan en ella, la primera por temor a ese ser supremo el cual está siempre vigilante y juzgará tarde o temprano ese mal accionar y, la segunda por una consecuencia más en un corto plazo, como sería la pena privativa de libertad en caso de una infracción tipificada en el código penal o el pago de daños o resarcimiento monetario en caso de lo civil que son los dos casos más comunes. 

La crítica y al punto que pretendo llegar esa doble moral a la cual los más fieles seguidores no prestan atención ya sea por ignorancia o por simple capricho. La iglesia católica siempre ha ostentado un poder enorme, especialmente en el pasado y siempre ha hecho uso de ese poder para su propio beneficio.

Unos de los principios fundamentales y uno de sus “mandamientos” es no matarás, entonces cómo explicar las cruzadas, esas misiones destinadas a recuperar Tierra Santa en las cuales el papa, la persona más santa y cercana a Dios, les otorgaba un permiso especial para matar a todos aquellos que se les opusieran ya que lo hacían en nombre del señor. O esas persecuciones y matanzas que se dieron cuando unos científicos de la época expresaron que la Tierra no es el centro del universo, o las guerras y asesinatos masivos de musulmanes de manera inhumana en el siglo XVI, sólo por el hecho de no querer blasfemar su propia religión (acá es de suma importancia mencionar que esos musulmanes, la gran mayoría, pertenecen a esa religión no por escogencia personal sino que se les fue impuesta desde niños, al igual que a los católicos, y depende por encima de todo del territorio en el nacieron o de las creencias de sus ascendientes. Por lo que me hace pensar que todo depende de la suerte).

Viniendo más al presente vemos como los sacerdotes y curas, esos que hicieron un juramento, abusan de su posición y violan a niños y niñas, arruinándo sus vidas casi que de manera definitiva, y es la misma iglesia la que ayuda a ocultar esos sucesos.

Estos son solo algunos ejemplos de esa doble moral que se practica tan comúnmente, tanto en la actualidad como en el pasado. 


Juan Manuel Leiva
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 17 de julio de 2013.

sábado, 13 de julio de 2013

Las virtudes de ser mujer ¿Virtudes?

Nosotras las mujeres tenemos tantas dichas, podemos dar vida a seres humanos, desarrollamos un instinto maternal y sufrimos dolores que ningún hombre podría entender. Sí, somos muy diferentes a los hombres y por siglos hemos luchado arduamente por conseguir una igualdad, una igualdad entre desiguales. Durante todo ese tiempo de lucha, la carga de ser mujer, madre y esposa, trabajos que no tienen jornadas y que la única retribución es la satisfacción de ver crecer a un hijo o hacer feliz a un hombre, no era suficiente. ¡No era suficiente!

No, queremos ser más que eso, queremos poder tener un trabajo intelectual, ser reconocidas por nuestro desempeño en nuestra profesión, queremos gobernar un país, ser "CEO" de una compañía, ser abogadas, doctoras, y todas esas profesiones y posiciones que antes eran sólo de hombres, y además queremos un salario por eso, y bien pagado!

Aún y cuando hemos alcanzado todo eso y hasta más, hay algo de lo que no nos hemos podido separar y es que seguimos siendo, para los hombres, un objeto sexual. Logramos ser abogadas y doctoras pero además de eso, somos vistas por nuestros compañeros de trabajo como la "nueva carnada" que todos buscan y compiten entre ellos para ver cuál se queda con la nueva. Porque no importa donde estemos, nunca faltan esas miradas de arriba abajo que todas sabemos que significa que se están imaginando cómo nos veríamos sin ese traje de sastre, de ejecutiva que llevamos puesto.

A los hombres no les pasa por la mente la sensación que nos da a las mujeres, cómo nos sentimos degradadas al no poder caminar por la calle en paz sin que algún hombre sin educación, nos diga una vulgaridad en la calle. Sería bueno que todos los hombres, por un momento presenciaran como otro hombre, igual de vulgar que ellos, le dice un comentario pasado de tono a su hermana, su madre o su hija en la calle. Ya quisiéramos ver su reacción, la ira que sentirían y a partir de esto todos se abstendrían de hacer lo mismo la próxima vez que pasen al lado de una mujer bonita. 

Hemos ganado miles de luchas, hemos llegado donde queremos estar pero no hemos podido cambiar la percepción que tiene la sociedad del rol que juega la mujer. Cada error que cometemos, es porque somos mujeres. Nunca falta la cara de decepción cuando el conductor de al lado se da cuenta que quien va al volante es una mujer, y que esa mujer, solo por ser mujer, cometió un error y por lo tanto no es buena conductora. Otro “problema” que tenemos las mujeres es que nos convertimos en un peso para la compañía cuando se dan cuenta que estamos embarazadas, eso que es un milagro, la alegría más grande de una mujer, es un peso, un costo para una empresa. Por eso, prefieren a los hombres antes que contratar a una mujer.

El único error en las luchas por las que hemos pasado es que buscamos igualdad entre iguales y esto ¡no es así! Somos completamente diferentes, para que seamos iguales necesitamos aceptar el hecho de que nunca vamos a ser iguales que los hombres ni ellos a nosotros. Por mucho tiempo hemos pretendido que no somos vulnerables y que podemos enfrentarnos al mundo sin la protección que recibimos de nuestros amigos hombres, padres, hermanos, etc. Queremos ser iguales, podemos ser iguales, podemos dar lo mismo (intelectualmente) que los hombres pero eso no nos hace menos vulnerables, seguimos necesitando de ese hombre caballeroso que nos abra la puerta del carro y nos regale flores en cada aniversario, de ese hombre (amigo, hermano, hijo, padre, novio, esposo) que nos brinda protección y/o atención que nosotras mismas no nos podemos dar, porque sí somos vulnerables y es una de las virtudes más hermosas de ser mujer.

Mónica Solano Mata
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 13 de julio de 2013.

miércoles, 10 de julio de 2013

Vida larga vs Vida corta

A sus 30 años, el fallecimiento de mi hermano, un alcohólico, drogadicto, homosexual, un buen hermano; me llevó en una serie de preguntas, acerca de la valoración que se le da a una vida corta y acelerada. Cuando me refiero a una vida corta y acelerada en este caso me estoy refiriendo a una vida donde imperó la satisfacción inmediata de los placeres, desmedidos, sin límites, que llevaron al fin de la vida del individuo, que sin darse cuenta fue lo que lo llevó a su fallecimiento.

El otro punto de este ensayo, sería la vida larga, queriendo decir, una vida sin muchos riesgos, dentro de lo que se diría responsable. Donde en la mayoría de los casos las personas catalogan una vida larga en años como preferible, como el ideal.

Se nos enseña a vivir con temor, con preocupaciones, construyendo un futuro que tal vez nunca llega.

No prefiero una vida larga donde vivo planeando, pensando a futuro, atado a un trabajo que me ayuda a pagar cuentas, o comprar cosas que no necesito, que nunca he tenido y no me habían hecho falta antes. Entre más dinero gano, mayores son los gastos superficiales.

Al preguntar a las personas, la mayoría dirán, preferir una vida larga sin cuestionarlo dos veces. Vemos insatisfacción en una vida corta, pensamos que falta tanto por vivir, la vida tiende a complicarse conforme aumenta la edad de las personas.

No son muchos los que se despreocupan a vivir realmente el día a día, haciendo lo que quieren en el momento, entregándose a lo que hacen en el presente, una forma de vida diferente. 

Puede verse incluso como una vida sin temores, ¿qué tipo de temores?, temor a no tener una carrera profesional, temor a no tener una relación de matrimonio estable, temor a no tener suficiente dinero para comprar, casa, carro, etc.

Porque no sentir alivio ante la muerte de una persona joven, si vivió sus años más saludables, más enérgicos y nunca tuvo que llegar a esas edades cuando la salud se complica por la misma vejez. Llego al final de sus preocupaciones, de sus temores, al fin descansa.

No por vivir más años se vivieron mejores experiencias, no por vivir más años se experimentó más, no por vivir más años se le saco más jugo a la vida; Prefiero sacarle el jugo al presente, que vivir guardando las frutas para el futuro, cuando tal vez ya no tenga las fuerzas, ni los deseos de exprimirlas.


Christopher Arias
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 9 de julio de 2013.

viernes, 5 de julio de 2013

El egoísmo en cualquier tipo de lobo

Cuando se piensa sobre la vida y las obras de personas como la Madre Teresa de Calcuta, Gandhi, Marcelino Champagnat, Nelson Mandela y otras figuras históricas que sobresalieron por sus esfuerzos altruistas, por lo general el razonamiento que se genera es un análisis acerca del desprendimiento de los intereses personales de cada uno para abrirle campo al bienestar de los que los necesitaron en esos momentos. Por la naturaleza misma de las conductas de estos pilares morales de la sociedad, es visto con recelo que alguien se atreva a describir la fuente de la bondad que sirve de motor para dichas conductas, pero sin temor a la censura trataré de relatar, lo que a mi parecer, constituye el backround de esa descripción.

El filósofo inglés Thomas Hobbes adaptó en su obra Leviatán la frase originaria del comediógrafo latino Tito Macio Plauto “Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”, la simplificó y la utilizó dentro de su obra como “El hombre es el lobo del hombre”, y da a entender que el ser humano cuenta con un egoísmo inherente. En este caso se utilizará esta frase como eje central pero no para los fines del pensador supra citado (justificar la “necesidad” de una monarquía absoluta para controlar las atrocidades de las que es capaz el ser humano en vista de dicho egoísmo), sino para delimitar el tren de pensamiento y sentar un punto de partida.

El hombre es egoísta por naturaleza, pero es esencial no ver este tipo de egoismo desde una perspectiva morbosa o sombría. Me refiero a un egoísmo en tanto las prioridades de cada individuo establecen un panel de características personales, que inevitablemente van formar el carácter de cada persona. De tal manera que todas las actividades que un ser humano realiza, llevan como timonel el interés por la satisfacción de sus deseos o necesidades personales.

Cualquier conducta (teleológicamente mala o buena) va teñida por la jerarquía de intereses individuales, es decir, las buenas acciones simbolizan una escala de prioridades que socialmente suscitan empatía, y es por eso que a los personajes mencionados anteriormente se les recuerda con tanta estima y admiración. Por otro lado, las conductas tachadas o censuradas de los históricos “villanos”, permiten visualizar un orden de prioridades siniestro y lejano de una construcción moral sana.

Ahora bien, la materialización de este egoísmo lo propongo de la siguiente manera: una mujer camina por la calle y encuentra a un indigente que le solicita ayuda económica para un plato de comida, la mujer registra su bolso y saca un billete de dos mil colones, se lo entrega al caballero y sigue su camino; en otro punto espacial y temporal, el cura Marcelino Champagnat sale del seno familiar a los 14 años para dedicar su vida entera a atender huérfanos y niños de escasos recursos en zonas marginales de la Francia posrevolucionaria. De acuerdo con lo explicado anteriormente, la mujer se desprendió del dinero para que el señor pudiera comer, en tanto la idealización de ese resultado le provoca satisfacción a mujer, de la misma manera, el filántropo francés encontraba una zona de confort sabiendo que sus acciones iban a tener repercusiones positivas en la vida de los jóvenes que ayudaba.

Una persona que arriesga su integridad física para auxiliar a un gato que se está ahogando en una piscina, lo hace porque en su escala de prioridades vale la pena exponerse a las consecuencias de esa acción en virtud de la salud del felino, e inevitablemente sentirá satisfacción, independientemente del resultado, por haber hecho lo que se había establecido como apropiado. En síntesis, el buen obrar surge de la capacidad de una persona para reconocer y aceptar como móvil de acción situaciones que favorecerán a los que le rodean y no tanto la búsqueda de un resultado positivo directo.

La finalidad de lo esbozado no es subestimar las buenas intenciones o justificar las malas, sino dar un punto de vista de lo que las provoca y (tal vez) ayudar a establecer un método para estandarizar esta construcción. A final de cuentas no esta tan lejos la cura del mundo.


José Pablo Martínez Miranda
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica


Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 5 de julio de 2013.
http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/83173