viernes, 6 de septiembre de 2013

El ciclo de la delincuencia y la responsabilidad estatal

Es de todos conocido el nivel de delincuencia sufrido en Costa Rica en donde las tasas de criminalidad se elevaron considerablemente como sucedió en el resto de América Latina, esto trae a colación las inevitables preguntas de ¿Qué produce este aumento de criminalidad?,¿Qué medidas deben tomarse? y ¿De quién es la responsabilidad?

Si se le pregunta a un ciudadano común nos dirá que la culpa es de los propios delincuentes que son desempleados y que ven las cosas ilícitas como fácil negocio para conseguir dinero o drogas y que la solución es simple sólo hay que meterlos a prisión, a las autoridades dirán al respecto que el aumento se debe a la gran cantidad de droga y que la modificación de la legislación procurando leyes más duras contra los infractores traerá mejores resultados.

La actual Presidenta de la República basó su campaña política en el tema seguridad ciudadana, pues sabe que es uno de los temas de más preocupación a nivel global y si bien no estamos en las condiciones de crimen de países como Honduras, Guatemala o México sí se nota que la criminalidad aprieta como nunca antes al país cuando casi todos los ticos saben que en el barrio hay varias ventas de droga o que los colegiales son asaltados a diario o que cualquier venganza ahora culmina en muerte sin que las autoridades hagan nada y produzcan que los civiles pierdan la fe en el sistema normativo , lo más preocupante es que el discurso de la ahora Presidenta no dio resultados .

El tema de más prisión tampoco es viable, nuestro sistema carcelario al igual que en resto de Centroamérica colapsó hace ya algunos años por lo que no se puede seguir metiendo a infractores por delitos que no sean realmente importantes pues la sobrepoblación en centros de detención es prohibida por los tratados internacionales resguardados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en artículo 7 de la Convención Americana, esta falta de instalaciones sumada a que la criminalidad sube y sube provoca un problema que como es lógico no se puede solventar con el establecimiento de más leyes que manden a prisión.

Hay que ser claros en que la responsabilidad en todo este tema es meramente del Gobierno y no solo del actual sino de todos los anteriores que poco a poco contribuyeron con sus omisiones de dar bienestar a que crezca la población de delincuentes.

El Estado tiene la obligación de fomentar el desarrollo de sus ciudadanos, si analizamos el delincuente que roba probablemente encontramos a una persona sin empleo, nacido en condiciones de pobreza, sin educación o sin medios para terminarla, sin apoyo de ningún tipo y con carencias afectivas que lo empujan a lo inevitable que es buscar una vida delictiva y que por desgracia cada vez empieza a una edad más temprana.

Invertir esto es realmente difícil y se necesita una nueva planificación de factores como el legislativo pero cambiando las penas dadas para combatir los delincuentes actuales de manera que si son delitos menores puedan pagarse con trabajo por ejemplo.

Otro factor es el de las condiciones que da el Estado a problemas como la pobreza, la educación, la salud, la cultura, la ayuda social para prevenir futuros delincuentes, esto basado en que la principal preocupación de los dirigentes de un país debe ser el Bienestar General y es obvio que la desigualdad crece día con día y trae enormes consecuencias contra el valor seguridad que desde mi punto de vista puede corregirse a futuro implementando mejoras en las obligaciones básicas que debe brindar un Estado y que constituyen la base de su gestión.


Diego Víquez Ramírez
Estudiante de la Facultad de Derecho 
Universidad de Costa Rica


Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 4 de septiembre de 2013.


miércoles, 28 de agosto de 2013

¿Aborto o violación de menores?

Es evidente que dentro de cualquier sociedad se jerarquizan los valores, puesto que según la realidad histórico-cultural de un país o una persona, se le agrega mayor trascendencia a unos, para el cumplimiento de otros.

Esto se debe a la necesidad de unos, para cumplir con los demás. Claro ejemplo de esto se hace notar con el valor “vida”, porque su ausencia imposibilita el cumplimiento de los valores y principalmente de la libertad. Es aquí donde se establece que detrás de los valores, se apela un gran ámbito de emotividad.

Hace algunas semanas las declaraciones del arzobispo Fabio Martínez, dieron la vuelta al mundo, al expresar que “cualitativamente, es mucho más grave el aborto, que la violación de niños por parte de sacerdotes”, aduciendo que el aborto es un asesinato, mientras que los niños víctimas de abuso sexual se recuperan y pueden seguir con su vida.

La opinión del arzobispo Fabio Martínez se contrapone en todo sentido a la lógica humana. ¿Qué parámetros utilizaría para afirmar tal aberración cómo saber que un menor rasgado de su inocencia en una violación? ¿Con el transcurrir del tiempo, podrá recuperar su desarrollo mental, personal y sexual? ¿Es acaso que el tiempo borra esas heridas sin dejar rastros inminentes? ¿Quién carga con los traumas y problemas psicológicos desencadenados por una barbarie semejante?

Una transgresión a la integridad y dignidad de la persona no se puede tomar tan a la ligera, alegando tal y como lo hizo el religioso, al decir que de todos modos los sacerdotes acusados por violaciones sólo representaban el 4% de los curas a nivel mundial. El meollo del asunto no es cuestión de la cantidad de abusos, aunque sólo en Estados Unidos se han acusado a 4300 sacerdotes por esta razón, sino es el hecho del acto inmisericorde.

Que quede claro que no le resto importancia al acto del aborto per se, exceptuando cualquier tipo de condiciones que pueden hacer pensar que es una opción viable, sino que lo que pretendo dar a entender es que ambas acciones afectan de sobremanera al ser humano, ya sea durante su gestación o en el pleno desarrollo de su vida.

Es más que evidenciable, que el propósito del arzobispo Martínez, era minimizar el gran problema que presenta la Iglesia Católica actualmente, con la salida a la luz pública del abuso de menores por parte de algunos sacerdotes y jerarquizar el valor vida intrauterina como un aspecto más importante que la vida extrauterina misma, de los niños y jóvenes en pleno desarrollo.

La posición que debe adoptar la Iglesia Católica en este campo, es de responsabilizar y responsabilizarse en los problemas crecientes que le atañen y no caer en la incapacidad de hacer comparaciones tan ilógicas, faltas de sentido ético y humanitario.


Mónica Rodríguez Quiróz
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica


Artículo publicado en el diario digital elPaís.cr el 28 de agosto de 2013.

viernes, 16 de agosto de 2013

Seguridad Ciudadana

Al observar los noticieros de nuestro país nos damos cuenta del aumento de la criminalidad y la violencia con la cual se llevan a cabo; notamos la descomposición de una sociedad que cambia a pasos gigantes; creando así en la población un sentimiento de inseguridad, abandono, miedo y con ello la búsqueda de formas para garantizar su bienestar. Entre esas formas son la adquisición de dispositivos de seguridad (alarmas, rejas, alambres de navaja, cámaras de seguridad), unirse en los barrios como seguridad ciudadana, servicios privados de seguridad o bien retirarse de acercarse a los puntos de aglomeración de personas o bien recluirse en sus casas; exclamando y exigiendo al Estado su obligación de garantizar el libre tránsito y la paz social, asegurando su tranquilidad.

Por su parte el Poder Ejecutivo ante ese clamor público de pronta solución de dicho conflicto; procede a realizar una serie de acciones como por ejemplo poner más policías en las calles, endureciendo la leyes mediante reformas parciales y pidiendo condenas más severas al Poder Judicial. Así mismo el Poder Legislativo se rasga las vestiduras y pide mayor seguridad, mano dura por parte de los juzgadores; sin tomar medidas realmente severas y planificadas a corto, mediano y largo plazo, atacando la raíz y parte neurálgica del problema.

La intervención que se deberá realizar a las bases de la sociedad, atacando el hambre, la pobreza, la violencia, la falta de empleo, la ignorancia, las adicciones, la pocas o nulas posibilidades de superación que ofrece la sociedad. Esta labor ha de realizarse en una forma interdisciplinaria en la cual las instituciones creadas por el estado para ese fin, entre otras INVU, PANI, IAFA, IMAS, sean las llamadas a brindar una solución a esas carencias, las cuales poco a poco corroen las bases y conllevan a realizar delitos contra la vida o propiedad que son originados por males sociales.

Como uno de tantos ejemplos podríamos citar los delitos contra la propiedad que son producidos por los indigentes que se sitúan en las calles de nuestras ciudades; detrás de ellos se encuentran historias de violencia, adicciones, depresiones que la sociedad como un todo no atacó o bien ayudó a sanar y esa persona cayó al fondo del abismo; si existiera una mano amiga por parte de personas capacitadas para ello, primeramente no se caería en esa condición y con ello el daño colateral a la sociedad; y así podríamos citar miles de situaciones particulares que, por no existir ayuda pronta se recurre a lo más fácil el robo, el asesinato, la estafa para satisfacer necesidades.

Esas necesidades que en la pobreza serían satisfacer alimento y abrigo; son catalizadores para delinquir y justificar el daño causado; pero si el Estado fuera eficiente y eficaz procedería erradicar esos puntos de inicio; y no en la implementación del miedo a la represión por parte quien ostenta el Poder; al aumentar las penas con la cual se castigan a quienes violan el ordenamiento. Se ha comprobado en otros países que el aumento a 50 años como pena máxima o bien como la imposición de “Pena de Muerte”, no ha dilucidado a la población a cometer delitos ya que un pueblo con hambre no mide consecuencias.

Así mismo con los años hemos notado un aumento en la población penitenciaria, principalmente por la entrada en vigencia de los Tribunales Penales de Flagrancia y con la imposición extrema de Prisión Preventiva como pena anticipada y no como medida cautelar para asegurar el resultado de la investigación; lo cual no ha llevado a una baja en el índice de criminalidad de nuestra sociedad, sino un aumento de los recluidos; ya que para agravar la situación han salido a la luz pública situaciones de acciones delictivas de “Cuello Blanco” que ponen en entredicho a la clase política y poderosa de nuestro país. Aumentando más el reclamo social hacia quienes llevan las riendas de nuestro país; y demeritando la labor realizada por los juzgadores los cuales imponen las penas que por ley son destinadas a cumplirse.

Cabe indicar que no existe una coordinación entre poderes ya que por ejemplo el Poder Judicial somete a una persona a un proceso desgastante para asegurar su culpabilidad en el hecho imputado; y ordena cumplir con su pena en un centro de Asistencia. Instituciones, cuya finalidad es reinsertar al condenado a la sociedad prontamente enseñándole un oficio y a convivir en paz social; procede a aplicar reglas diferentes y plazos propios para poder liberar a personas que no han cumplido con el daño que le realizaron a la sociedad; parámetros opuestos a los sometidos en el Poder Judicial (beneficios carcelarios y tiempo de descuento que no son acordes al tipo de sanción); así como de no contribuir efectivamente con la sociedad; así como no contribuir con trabajo el esfuerzo realizado por la sociedad.

Por ello el ataque a una sociedad enferma debe de realizarse por todas las instituciones y todos debemos ser parte de esa avanzada, aportando nuestro grano de arena para lograrlo; ingresando a todos los sectores pero con mayor fuerza a las barriadas en las cuales el delito es visto todos los días y hasta normal; porque los niños crecen observando ese comportamiento y lo imitan; con esto criaríamos personas destinadas a una vida pobre y con inclinación a tomar lo necesario para lograr una vida más digna. 

Seguridad Ciudadana no es poner más policías en las calles, es hacer de Costa Rica un país seguro para caminar con nuestros hijos como no hace mucho hacían nuestros padres con nosotros; que nuestros niños solo se dediquen a jugar y no a trabajar para poder comer.


Luis Guillermo Rodríguez Navarro
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 16 de agosto de 2013.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Las estadísticas del olvido

Siempre me he cuestionado la frase: “Los niños son el futuro del país”. Me parece que es una frase que refleja de forma sumamente clara la responsabilidad que asumimos como ciudadanos del mundo, como costarricenses, con la niñez, con sus necesidades y su calidad de vida. Esta frase tan romántica pero inaplicable al accionar costarricense y su indiferencia hacia los más vulnerables, en este caso específico: los niños.

La realidad muestra que el Patronato Nacional de la Infancia atiende anualmente un total de 33. 337 menores por conflictos entre los que destacan: conflictos familiares (14. 767), abuso sexual intrafamiliar (711), físico (3337), abuso emocional (691), entre otros.

Estas cifras deberían ser tomadas como una señal de alerta para los costarricenses y plantearnos las interrogantes: ¿Qué está haciendo el sistema para responder a esta problemática? ¿Es la indiferencia un factor determinante para que esto suceda? ¿Estas cifras responderán a la realidad o existen muchos niños sufriendo en silencio?

Ante las preguntas planteadas analizaré una a una las anteriores. Primero, aunque por mandato constitucional el PANI es el ente rector de la protección a la niñez, encontramos en esta institución una incapacidad para resolver los problemas que enfrentan los menores en la actualidad. El contexto costarricense demuestra que el 60% de los niños que ingresan en los albergues del PANI no permanecen en estos por más de quince días, estos datos responden a los menores atendidos en la gran área metropolitana dado que no hay un verdadero control en las zonas rurales.

Pero la problemática no se limita a las deficiencias del PANI. Una de las fuentes más significativas que genera la vulnerabilidad de nuestros infantes es la pobreza y la desigualdad social. Según el decimoctavo informe del Estado de la Nación uno de cada tres niños es pobre esto implica que se le dificulta acceder a cosas tan básicas como lo son una vivienda digna, atención de salud, agua potable y servicio de electricidad. De fondo también tenemos el problema de que la educación no está respondiendo como una herramienta para sacar a estos niños de esta condición, no es ninguna novedad que el sistema de becas Avancemos no está llegando necesariamente a los estudiantes que más lo requieren, que los problemas familiares y la necesidad muchas veces expulsa a esta población del sistema educativo. Y a aquellos que no expulsa no los prepara lo suficientemente bien para acceder a la educación superior o al menos no los vuelve lo suficientemente competitivos respecto a las personas de más recursos. Vemos que mientras que un 47% de estudiantes que ingresan a la UCR provienen de colegios privados, solo un 23% es producto de los colegios públicos.

¿Es la indiferencia un factor determinante para que esto suceda? Yo considero que sí, no podemos recargar sobre nuestros gobernantes y el sistema la responsabilidad total de la niñez en nuestro país. Soy consciente que a diario vemos a niños pidiendo dinero, vendiendo lapiceros y trabajando y además de darle algunas monedas, no hacemos más por ayudarlos. Muchos de nosotros no participamos activamente en diversas de las ONG´s o campañas que pretenden mejorar las condiciones de vida de estos pequeños. ¿Cuántos de nosotros hemos ingresado alguna vez a algún barrio marginal y ofrecido ayuda a algún menor? ¿Cuántos de nosotros nos hemos involucrado en proyectos que pretenden generar actividades recreativas que alejen a los niños del consumo de drogas? Probablemente son muy pocos los que podamos decir yo a estas preguntas. Decir que no, es ser indiferentes, porque la miseria, la violencia, el abandono y principalmente el olvido son cosas que todos conocemos y no hacemos mucho por resolverlo. No todo se limita a recordarlos en las campañas navideñas, a darles un regalo para aliviar nuestras conciencias.

La última pregunta es algo que voy a dejar para que cada uno de ustedes reflexione. Las estadísticas en sí ya son impresionantes, pensar que hay más casos que no están siendo contemplados en estas porque no son menores atendidos por la institución anterior, es aún más alarmante.

Los niños no son el futuro, los niños son el presente.


Gabriela Mora Mora
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 14 de agosto de 2013.

viernes, 9 de agosto de 2013

Respetenme, no quiero ser tolerado



Tolerancia. Este es el nuevo discurso que se maneja en nuestro país para evitar la agresión física y psicológica de una persona hacia otra, criterio que se amplía para “proteger” a las comunidades minoritarias de la tiranía de las mayorías socialmente aceptadas. Inicialmente, promover y vivenciar la existencia de una interacción pacífica y armoniosa entre todos los habitantes del planeta resulta deseable para quienes queremos un mejor mañana. Sin embargo, ¿qué consiste tolerar alguna situación o persona?

Sin ánimo de robarle la frase a una profesora que tuve la dicha de conocer en mi curso de Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica, la tolerancia como tal no pareciera ser un “vivamos pacíficamente todos juntos a pesar de que existan conductas o situaciones que no nos parecen” sino más bien un “estoy en desacuerdo con lo que las personas hacen y sin embargo, me abstengo de agredirlas”, es decir “como te tolero, no te mato”. Como pueden ver, la tolerancia a mi parecer es la prolongación en el tiempo de una inadecuada comprensión y entendimiento de una saludable relación interpersonal, es decir, que al tolerar a alguien se simule la ininterrupción de un estado social de tranquilidad, no significa que éste sea realmente tal, lo que finalmente se constituye como una relación pasivo-agresiva entre todos los ciudadanos.

El problema se encuentra en que nuestra concepción de tolerancia no incluye el respeto como tal. Reconocer que a pesar de las diferencias intrínsecas entre todos los humanos, somos iguales en derechos y deberes, constituye el pilar del respeto. Respetando a las personas, se objetivizan las conductas y los estereotipos de seres humanos, liberándolas de la agresividad latente de la tolerancia. 

Racionalizando nuestros pensamientos y acciones podemos entender que no importa si mi vecino es de un grupo étnico distinto del mío, o si la definición sexual de mi vecina no es heterosexual, bajo la calidad de seres humanos que todos ostentamos, por el simple hecho de pertenecer a la especie humana, todos, sin distinción alguna, merecemos una vida libre de violencia y de estereotipos, lo cual se logra respetándonos mutuamente.

Para el efectivo disfrute de estos derechos no es necesaria una homogeneidad ideológica entre todas las personas, sólo se requiere de una voluntad seria y comprometida de convivir sin juzgar a los demás. Este planteamiento genera un problema importante a tener en consideración. ¿Qué sucede entonces con aquellas corrientes de pensamiento que discriminan o generan alguna situación de desigualdad entre todos nosotros? Es muy usual escuchar o leer a las personas cristianas, católicas o no, exigiendo tolerancia hacia sus creencias, de la misma forma en que ellos tienen que tolerar a los no heterosexuales, por mencionar un ejemplo. ¿Qué pasa en este caso? ¿Debemos aceptar y aplicar una doctrina irrespetuosa de nuestra calidad de seres humanos o “no tolerarla”Para mí, la respuesta es evidente. Respetar lo irrespetuoso no es aceptable ni mucho menos sano o recomendable, de la misma forma que tampoco sería correcto cazar a los cristianos como lo hicieron ellos siglos atrás con las “brujas” y herejes. Una solución posible sería el aceptar la práctica de la religión siempre y cuando sus creencias y rituales no sean contrarias a la dignidad propia de los seres humanos. Sin embargo, unanimidad de interpretación sobre un tema tan sensible para muchas personas, resulta utópico en su naturaleza por lo que el respeto en lugar de tolerancia queda al arbitrio de cada uno de nosotros. Dependerá de nuestras convicciones más profundas, de nuestras creencias más sagradas y de la forma en que percibimos a los demás, si adoptamos el respeto como modelo de vida. A lo que a mi respecta, le pido a todos que no me toleren, respetenme. 


Nelson Rodríguez Mata
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 9 de agosto del 2013.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Doble cara

Vivimos en un país que se ha dado a conocer a nivel mundial por la cultura pacífica de sus habitantes, y por como las políticas desarrolladas en la gestión internacional proponen el respeto de los derechos humanos, una prueba de esta lucha se encuentra resaltada en el pacto de San José de Costa Rica, suscrito por muchos países que se han sumado a la lucha para la protección y el respeto de los derechos humanos.

Quizá la frase más empleada para caracterizar a los costarricenses sea “pura vida” y como eslogan ha esparcido a través del mundo esa etiqueta sobre nuestro país, lo curioso del caso no es tanto que los extranjeros se lo crean ya que al no vivir aquí no podrían emitir una opinión elaborada al respecto, lo que resulta realmente curioso es que muchos costarricenses vivan repitiendo esta muletilla como adjetivo sin ahondar más en las circunstancias reales de nuestra nación. 

Resulta repugnante enfrentarse a la situación actual de nuestro sistema penitenciario, en el cual las violaciones a los derechos humanos están a la luz del día, cualquiera que haya visitado alguna vez una cárcel en Costa Rica puede fácilmente notar que las personas recluidas no cuentan con el acceso a muchas de las garantías que en los tratados internacionales se han desarrollado, tanto en el tema específico de los derechos de las personas privadas de libertad como en las convenciones sobre derechos humanos.

Para dar un ejemplo de lo dicho anteriormente me referiré al artículo cinco de la Convención Americana de Derechos Humanos, “Pacto de San José Costa Rica” en sus numerales cuatro y seis se describen aspectos de cómo debe ser tratada una persona privada de libertad en cuanto a los procesados y los que aún no tienen una sentencia en firme, como lo son las personas que se encuentran en medidas cautelares, estas personas deben recibir un trato diferente al de los demás privados de libertad, sin embargo hallamos en una celda destinada a una capacidad de diez presos alrededor de treinta personas, sin distinción de las personas que ya descuentan una sentencia con las que están en prisión preventiva, me atrevo a utilizar el término presos porque la celda en sí no es más que una jaula.

La doctrina se ha esmerado en cambiar el término con el que deben ser llamadas las personas que se encuentran en prisión, para no violentar los derechos inherentes al ser humano, de manera que en lugar de llamarlos, reos o presos, se prefiere llamar privado de libertad, y más específicamente privado de libertad de tránsito, sin embargo aunque el cambio se dio a un nivel semántico, las circunstancias en los penales no ha cambiado mucho, las libertades y derechos de los que son privados los detenidos son muchos más que sólo la libertad de tránsito.

En fin hasta que el discurso político, y los esfuerzos realizados tanto en el derecho internacional como en la legislación interna de Costa Rica en derechos humanos y trato de las personas privadas de libertad trascienda de lo teórico a la experiencia material fáctica no podemos hablar del proceso de resocialización en los penales con relativo optimismo.

Y como comentario final aunque falte mucho que agregar sobre el tema, es importante tomar conciencia de hasta qué punto la doble cara del discurso en materia de protección de los derechos humanos, propone por un lado el respeto y la protección, mientras con la otra cara olvida a los seres humanos hacinados en las celdas que no pueden más que tratar de sobrevivir y acumular rencor hacia una sociedad que los desprecia y los mantiene recluidos en jaulas negándoles sus derechos propios como ser humano. 

Santiago Ramírez
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica     

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 7 de agosto de 2013.
http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/84265

sábado, 3 de agosto de 2013

Torres de Tele(in)comunicaciones

¿Cómo es regulada actualmente la instalación de las torres de telecomunicaciones? ¿De manera unitaria e integral en todo el país, o cada municipalidad está en la obligación de establecer sus directrices? ¿Cuáles son los puntos en contra de la instalación de estos artefactos?

Avanzando un poco en el análisis de la problemática voy a exponer los mayores puntos en conflicto que existen, tanto desde el ámbito jurídico (reglamentos, resoluciones judiciales), como desde la perspectiva cantonal (salud ambiental, permisos municipales).

En primer punto, y siendo el conflicto que ha tenido más presencia en nuestros medios, se encuentran las regulaciones ambientales. Se expone que estas torres emiten niveles de radiación que pueden resultar en el menoscabo de la salud de los ciudadanos. Sobre este punto se tiene como respaldo normativo lo expuesto por la Ley General de Telecomunicaciones en su artículo 3, que aboga por un desarrollo integral y por sobre todo, amigable con el ambiente. De la misma manera, es denunciado por grupos ambientalistas, abogados, ciudadanos y ciertos medios de comunicación, que no hay motivo para que se exima, como oportunamente se hizo, de la presentación de Estudios de Impacto Ambiental antes del inicio de los proyectos de torres de telecomunicaciones, esto trae consigo el descontento de ambientalistas y legisladores, que alegan que es necesario hacer estos estudios, ya que se está actuando en contra de normativa ambiental de carácter obligatoria.

En la resolución Nº 02031 del año 2009 de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) se acuerda que, para agilizar trámites, las empresas pueden presentar el Formulario D2 en vez del Formulario D1 para la solicitud de instalación las torres celulares. El formulario D1 de evaluación ambiental a la postre es el instrumento de mayor profundidad y detalle ya que presenta exigencias mayores para cualquiera que quiera comenzar a desarrollar algún proyecto. Otro aspecto importante de esta herramienta de evaluación ambiental es que da más seguridad jurídica, ya que todos los estudios deben ser presentados antes de otorgar una viabilidad a dicho proyecto.

Además, se considera que estas regulaciones vía decreto van en contra de la Ley 8622 Tratado de Libre Comercio República Dominicana - Centroamérica - Estados Unidos (TLC). En su capítulo 17 el cual es de carácter ambiental se presentan regulaciones y los lineamientos que deben de seguir los países que lo ratificaron. Mediante estas directrices se estaría promoviendo el comercio o la inversión extranjera, mediante el debilitamiento o reducción de las protecciones contempladas en la ley.

Por otro lado, el gobierno costarricense por medio del decreto ejecutivo Nº 36324-S Reglamento para Regular la Exposición a Campos Electromagnéticos de radiaciones no ionizantes emitidos por sistemas inalámbricos con frecuencias de hasta 300 GHZ, establece los límites permitidos de estos campos electromagnéticos. En Costa Rica se acepta 4,5 W/m2 para 900MHz, o 9W/m2 para los 1800MHz. Sin embargo, esta normativa es más del doble de la normativa catalana (2 W/m2 y 4W/m2), mucho más que la italiana (0,1W/m2) y cien veces mayor que la suiza (0,043 y 0.01W/m2).

Así que es clara la necesidad continuar el análisis del impacto en la salud que estos dispositivos pueden llegar a tener, más allá de que ya contemos con una regulación sólida y vigente en este campo. Desde mi punto de vista es la SUTEL la que debe de liderar esta iniciativa junto con la SETENA y el Ministerio de Salud.

Aparte de la concesión de SUTEL, las torres de telecomunicaciones por ser uso de suelo requieren un permiso municipal. Este permiso anteriormente era tramitado por el Estado. A partir del año 2010 cada cantón tenía que crear su reglamento. La FEMETROM o Federación Metropolitana de Municipalidades crea en los años 2010 y 2011 un Reglamento General para Licencias Municipales en telecomunicaciones que va a ser utilizado de forma genérica por muchos de los cantones costarricenses, situación que conlleva necesariamente problemas de aplicación del mismo. De igual manera, se obviaron situaciones de carácter técnico que necesitaban ser reguladas tales como la altura mínima de las torres, la instalación de las mismas en zonas residenciales sin restricción alguna y la no aplicación de nuevas directrices con respecto al uso de suelos. Se observa claramente que todavía no se logra una regulación uniforme y completa del tema, y que por diversos motivos (tiempo, desconocimiento, intereses sobrepuestos) no se avanza hacia una solución integral. 

Muchas municipalidades adoptan esta normativa, algunas otras deciden modificarla mientras que hasta el día de hoy las restantes todavía no toman una decisión con respecto a la reglamentación de la instalación de las torres celulares.

Ante la problemática de las lagunas en la normativa relativa a algunos aspectos técnicos de la instalación de las torres, el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU), en abril del año 2012 vía reglamento definió lineamientos para la colocación e instalación de torres de telecomunicaciones. Fue publicado en La Gaceta como una modificación a su Reglamento de Construcciones.

Es importante ver hacia el futuro, copiando lo bueno y desechando lo que ya sabemos que no sirve antes de cometer los mismos errores que han tenido lugar en distintas latitudes. La apertura al diálogo es vital, se desechan los intereses de la gran empresa y se interponen los de una sociedad que se merece transparencia así como también el fácil acceso a las telecomunicaciones. El no obstaculizar solo por hacerlo es un punto esencial, no podemos permitir que como pueblo nos dejen fuera de la discusión una vez más. Desde mi punto de vista, es necesario un análisis integral de carácter legal así como también ambiental de nuestra realidad que permita el ingreso de manera responsable a las nuevas tecnologías, esto, si queremos competir y mantenernos a flote en el panorama mundial.


Rodolfo Miranda
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 3 de agosto de 2013.

miércoles, 31 de julio de 2013

De la necesidad de restringir determinados conceptos

En 1918, en Moscú, en plena efervescencia revolucionaria, Anatoli Lunacharski encabezó el Tribunal que juzgó a Dios. Una Biblia fue sentada en el banquillo de los acusados. Según el fiscal, Dios había cometido, a lo largo de la historia, numerosos crímenes contra la humanidad. El abogado de oficio alegó que Dios era inimputable, porque padecía demencia grave; pero el Tribunal lo condenó a muerte. Al amanecer del día de hoy, cinco ráfagas de ametralladora fueron disparadas al cielo.

El hombre que fusiló a Dios.

Los Hijos de los Días, Eduardo Galeano

Según el profesor Haba, para poder usar con sentido el término libertad es necesario conocer sus tres referencias, "quién o quiénes son libres; frente a quién o quiénes; y en qué respecto". Además, agrega que se podría considerar una cuarta cara, la de las consecuencias, en el tanto y en el cuanto se deriven del ejercicio de la conducta "libre" ya sea para el titular de esta o para terceros vinculados a él.

Ahora bien, lo anterior no significa que acá se vaya a hablar de la libertad, por el contrario, la idea de traer a colación dicha noción es la de rescatar el sistema cuatrilateral que lo componen, en especial respecto a las consecuencias; elementos que no se suscriben únicamente a la libertad como tal, sino que pueden y deben aplicarse en otros conceptos, sobre todo cuando utilizamos la noción de derecho, misma que actualmente se emplea de forma indiscriminada.

La necesidad de esto impera dado que hoy día existe una tendencia de justificar, e inclusive exigir, una serie de acciones, pretensiones o privilegios alegando que son un derecho, al punto inclusive de categorizarlos erróneamente como derechos fundamentales. El problema de esta situación radica en que al respaldar cualquier prerrogativa como un derecho, induciéndole un carácter de esencial o vital, estos dejan de serlo, es decir, el resultado de generalizar todo como primordial es que automáticamente pierda esta determinación.

He ahí la importancia de tener claro los elementos anteriores, pues son estos los que nos permitirán realizar un uso adecuado de la terminología a la que vayamos a referirnos, además de poder comprender, y sobre todo de poder ser conscientes, cuando se utilicen estos deliberadamente en carácter falacioso, sobre todo en discursos políticos los cuales pretenden generar una presión y justificación para obtener un beneficio particular.

Podemos mencionar como un derecho fundamental el derecho a la vida, el cual ha sido consagrado a nivel nacional en la Constitución Política y a nivel internacional mediante una serie de instrumentos tales como pactos y convenios internacionales, como lo son por ejemplo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre los Derechos del Niño, el Pacto de San José de Costa Rica, entre otros. Sin embargo, existen otra serie de prerrogativas, que no deben confundirse como derechos, a los cuales se le aduce esta categoría, tal es el caso de la fecundación in-vitro, (importante aclarar que no se pretende acá referirse a que si ésta debe ser prohibida o permitida, que si es buena o mala, pues ya cada uno tendrá su determinación sobre ello), lo que se pretende con este ejemplo es señalar como la CIDH llega a determinar una decisión que afecta todo un ordenamiento jurídico en el cual se concebía una ideología sobre el derecho a la vida y la protección de esta, sin embargo al establecer la CIDH como derechos fundamentales una serie de facultades del ser humano, no de derechos propiamente, como lo es la facultad de reproducirse.

Esta situación, al igual que muchas otras, sucede pues no se consideran todos los elementos que están presentes en este tipo de conceptos, ya que se toma en cuenta prácticamente solo el quién o quiénes son titulares de una determinada situación jurídica olvidándose de los demás, principalmente de cuáles serán las consecuencias o repercusiones de dichas situaciones, ya sea tanto para su titular como para quién esté en relación con ella. Al ser conscientes de cuando debemos y podemos utilizar estos conceptos y al hacer un uso responsable de ellos no caeremos en un estado donde todo sea “vital” y por ende vaya a estar regulado pero que en consecuencia no podremos, en la realidad, ejercitar la defensa de los asuntos que realmente sean indispensables custodiar.


Luis Diego Pacheco Sánchez
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 31 de julio de 2013.

miércoles, 24 de julio de 2013

El parto anónimo

El llamado Parto Anónimo o Parto X es una iniciativa para salvar vidas humanas y garantizar la supervivencia social. Tiene como propósito reducir los casos de aborto y abandono infantil, para así permitirle a la mujer que opte por este tipo de parto para quedar libre de cualquier responsabilidad penal o civil en relación con su hijo.

Cuando una mujer no desea o no puede criar al hijo que espera, podría tener el parto sin identificarse y daría al recién nacido en adopción. Con esto la idea es agilizar el proceso de adopción, después de ocho semanas de nacido, en la mayoría de casos, pero esto podría variar de un lugar a otro. Entre los países donde existe esta opción, encontramos el caso de Francia, Austria, Alemania y Suiza, estos dos últimos, donde también se le conoce como “buzón bebé”.

El uso de esta alternativa ha demostrado reducir en gran cantidad las muertes de recién nacidos que son abandonados o asesinados tras un parto clandestino, en pésimas condiciones, y con graves consecuencias físicas y psíquicas, tanto para la madre como para el bebé. “Las estadísticas en Francia respecto del mismo, demuestran que unos 10.000 niños nacían anualmente con este sistema, y desde la legalización del aborto, en los setenta, ese número cayó a cifras cercanas a 550 niños por año. 

Según el gobierno de ese país, el 80% de esas madres son solteras y el 50% tienen menos de 23 años. Esto permite observar que esta figura legal funcionó como alternativa al aborto, hasta que este se legalizó.” También es este el caso de Austria, donde también se han reducido en gran cantidad los casos de aborto, “El parto anónimo garantiza a la mujer y su bebé una atención médica adecuada durante el parto y posparto. Tras casi 10 años de experiencia en Austria los casos de abandono de recién nacidos tras partos “a escondidas” han bajado un 50%.”

Las razones para la implementación de esta alternativa son varias, y van desde cuestiones religiosas, económicas, hasta el deseo de una mejor vida para el niño. “Los motivos de las “madres sin nombres” son varios. Según una encuesta un 40% indica problemas económicos y faltas de perspectivas de futuro para criar a su bebé. Para un 15% un aborto no era una opción por razones religiosas o étnicas. Un 8% de las mujeres vivían en una relación violenta. Un 5% de las madres decían que se veían incapaces de hacerse cargo de un bebé. Son mujeres de todas las clases sociales, con edades comprendidas entre 16 y 45 años, una mayoría de ellas ya tenían hijos, muchas escondían su embarazo en su entorno ya que en la gran mayoría de los casos son embarazos no deseados.” 

Los que defienden el parto anónimo argumentan lo siguiente:

1- El anonimato protege tanto la vida y salud del niño como la de la madre. Protege a la madre, ya que no recurre a prácticas como aborto o parto clandestino, sino que se hace atender en centros de salud, donde se le proporciona un ambiente seguro y se le proporciona todo lo necesario para dicho parto. En cuanto al niño, de no ser por esto, posiblemente no hubiera nacido, o de ser así, hubiera sido en condiciones no aptas o insalubres, también puede ser el caso de haber sido criado por su madre en situación de abandono o negligencia por no desearlo. El secreto de la maternidad es, entonces, una necesidad social a fin de prevenir el infanticidio y el aborto tardío.

2- Los países que carecen de la figura del parto anónimo tienen una tasa de infanticidio mucho más elevada que Francia; en éste, el número de condenas por infanticidio fluctúa en alrededor de una decena por año. 

3- La identidad filiatoria es biológica, con respecto a los verdaderos padres, pero una persona adoptada tiene identidad biológica con respecto a los que lo adoptaron, por lo que no se le está quitando ese derecho. 

El derecho a la vida es lo más importante en este caso, es un derecho natural que debe respetarse ante todo, por lo cual no se puede aceptar la supresión de este derecho a través de métodos como el aborto. El parto anónimo es una solución a este problema que no trae consecuencias como la muerte de una persona inocente.

Antes de nacer, el niño es un ser de extrema fragilidad e indefensión, salvo la natural protección brindada por su madre. La vida, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible. El derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana.

Desde la concepción, el derecho a la vida tiene que ser respetado de manera amplia, por lo cual es de suma importancia que no se practiquen métodos como el aborto, eutanasia, infanticidio y el abandono.

Allan Sandí Monge
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 23 de julio de 2013.

sábado, 20 de julio de 2013

La errónea técnica legislativa

"Mi verdadera gloria no está en haber ganado cuarenta batallas; Waterloo eclipsará el recuerdo de tantas victorias. Lo que no será borrado, lo que vivirá eternamente, es mi Código Civil" - Napoléon Bonaparte, hace 200 años

¡A todos aquellos que deseen ampararse en el Derecho o ejercen la aplicación de las Ciencias Jurídicas en defensa de ideales de justicia efectiva y eficaz, atémosle las manos!; de no gustarle el tema a cualquiera de los lectores simplemente hablemos hoy de la mala técnica legislativa.

En primer lugar y únicamente con el fin de lograr conducir a los lectores a envolverse en el entorno de nuestra realidad costarricense, se señala a Costa Rica como un país donde abundan las leyes, existen literalmente y sin alteraciones de la realidad, miles de leyes.

Se pone en cuestión la existencia de norma jurídica para todo tipo de situación, pues no, eso sería imposible, desde la óptica de saber que una norma jurídica debe prever de forma anticipada cualquier hecho fáctico para su aplicación, es imposible prever cada situación. Por otra parte podemos entender desde el punto de vista cuantitativo de las leyes, la forma mediante la cual el Estado logra inmiscuirse en la vida de los ciudadanos, partiendo del principio del Derecho Privado que se puede realizar cualquier hecho en el tanto no esté prohibido, lo que traduzco a la analogía: a mayor cantidad de leyes mayor el ámbito restrictivo.

Posteriormente, solo pensemos en el supuesto nadie puede alegar ignorancia de la ley.

Sin embargo el problema y el tema, aquí planteados no pretende atacar lo referente al número de leyes, sino a la calidad de las mismas, la idea de pensamiento, que por este medio se pretende transmitir, nace de una clase de Derecho Comercial en la Facultad de Derecho, a partir de la no comprensión del sin sentido de una norma, que fue creciendo y tomando sentido en el tanto el curso de Filosofía del Derecho desarrollaba su tema del sentido del lenguaje.

Si bien es cierto en nuestro país muchas de las leyes aprobadas en la Asamblea Legislativa fueron maquiladas en otros países y mal retocadas por el legislador costarricense, debemos cuestionar la capacidad de los mismos para la creación de la norma y el conocimiento de la ciencia en cuestión, de lo cual nacen bastantes dudas por parte de aquellos preparados en la materia.

Al punto que se pretende llegar es que si bien el legislador cumple la función de la representación del pueblo en el plenario legislativo debe cumplir su función a conciencia y asumiendo la responsabilidad en el caso de no contar con la capacidad, que no se adquiere mediante una trayectoria política, salir en la televisión o los quince minutos de fama, sino respaldado por estudio, la preparación y capacitación, lo cual indiscutiblemente no podría ser delegado en asesores.

El punto de la crítica que esta opinión pretende enmarcar, es que se requiere un poco más que creatividad para la creación de leyes y siendo de esta forma, tenemos claro que el legislador no está en la capacidad de consignar definiciones dentro de las normas, y de cierto modo limitar los alcances de las mismas, sino que la única tarea de la cual se debe encargar el legislador es la de suplir de instituciones jurídicas a la norma, que posteriormente se le otorgará un marco de aplicación por medio de la doctrina y la jurisprudencia, encargada de suplir de herramientas a quienes pretenden el Derecho y la justicia. Así mismo se pretende entonces la creación de normas con la amplitud para adecuarse en el tiempo y a los cambios y la precisión de su efectivo y eficaz alcance.

De modo que se pretende enmendar los errores de la norma y la falta de capacidad personal para la certera técnica legislativa, empleando el medio del lenguaje, para dar el gran salto entre la aplicación de legalidad en los tribunales costarricense y la puerta a la justicia.


Daniel E. Gómez Zeledón
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 19 de julio de 2013.

miércoles, 17 de julio de 2013

Doble moral en el catolicismo

Desde que nacemos estamos sometidos a un adoctrinamiento religioso, el cual nos hace pensar, sentir, y creer en una deidad la cual nunca se manifiesta de manera concreta, pero se le atribuye todos aquellos hechos que según nosotros no tienen explicación lógica o racional. Todas, absolutamente TODAS las religiones proclaman que su “verdad” es la real y única forma de lograr la salvación después de la muerte, (sin cuestionar que los libros y escritos en los que basan sus creencias fueron redactados por seres humanos, los cuales estoy seguro que seleccionaron y escogieron los más convenientes para proclamar sus creencias). 

No pretendo entrar en una crítica en general sobre este punto, ya que considero que la religión, en combinación con el derecho, juegan un papel determinante ya que están destinados a mantener un mínimo de paz en la sociedad y la relaciones que se dan en ella, la primera por temor a ese ser supremo el cual está siempre vigilante y juzgará tarde o temprano ese mal accionar y, la segunda por una consecuencia más en un corto plazo, como sería la pena privativa de libertad en caso de una infracción tipificada en el código penal o el pago de daños o resarcimiento monetario en caso de lo civil que son los dos casos más comunes. 

La crítica y al punto que pretendo llegar esa doble moral a la cual los más fieles seguidores no prestan atención ya sea por ignorancia o por simple capricho. La iglesia católica siempre ha ostentado un poder enorme, especialmente en el pasado y siempre ha hecho uso de ese poder para su propio beneficio.

Unos de los principios fundamentales y uno de sus “mandamientos” es no matarás, entonces cómo explicar las cruzadas, esas misiones destinadas a recuperar Tierra Santa en las cuales el papa, la persona más santa y cercana a Dios, les otorgaba un permiso especial para matar a todos aquellos que se les opusieran ya que lo hacían en nombre del señor. O esas persecuciones y matanzas que se dieron cuando unos científicos de la época expresaron que la Tierra no es el centro del universo, o las guerras y asesinatos masivos de musulmanes de manera inhumana en el siglo XVI, sólo por el hecho de no querer blasfemar su propia religión (acá es de suma importancia mencionar que esos musulmanes, la gran mayoría, pertenecen a esa religión no por escogencia personal sino que se les fue impuesta desde niños, al igual que a los católicos, y depende por encima de todo del territorio en el nacieron o de las creencias de sus ascendientes. Por lo que me hace pensar que todo depende de la suerte).

Viniendo más al presente vemos como los sacerdotes y curas, esos que hicieron un juramento, abusan de su posición y violan a niños y niñas, arruinándo sus vidas casi que de manera definitiva, y es la misma iglesia la que ayuda a ocultar esos sucesos.

Estos son solo algunos ejemplos de esa doble moral que se practica tan comúnmente, tanto en la actualidad como en el pasado. 


Juan Manuel Leiva
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 17 de julio de 2013.

sábado, 13 de julio de 2013

Las virtudes de ser mujer ¿Virtudes?

Nosotras las mujeres tenemos tantas dichas, podemos dar vida a seres humanos, desarrollamos un instinto maternal y sufrimos dolores que ningún hombre podría entender. Sí, somos muy diferentes a los hombres y por siglos hemos luchado arduamente por conseguir una igualdad, una igualdad entre desiguales. Durante todo ese tiempo de lucha, la carga de ser mujer, madre y esposa, trabajos que no tienen jornadas y que la única retribución es la satisfacción de ver crecer a un hijo o hacer feliz a un hombre, no era suficiente. ¡No era suficiente!

No, queremos ser más que eso, queremos poder tener un trabajo intelectual, ser reconocidas por nuestro desempeño en nuestra profesión, queremos gobernar un país, ser "CEO" de una compañía, ser abogadas, doctoras, y todas esas profesiones y posiciones que antes eran sólo de hombres, y además queremos un salario por eso, y bien pagado!

Aún y cuando hemos alcanzado todo eso y hasta más, hay algo de lo que no nos hemos podido separar y es que seguimos siendo, para los hombres, un objeto sexual. Logramos ser abogadas y doctoras pero además de eso, somos vistas por nuestros compañeros de trabajo como la "nueva carnada" que todos buscan y compiten entre ellos para ver cuál se queda con la nueva. Porque no importa donde estemos, nunca faltan esas miradas de arriba abajo que todas sabemos que significa que se están imaginando cómo nos veríamos sin ese traje de sastre, de ejecutiva que llevamos puesto.

A los hombres no les pasa por la mente la sensación que nos da a las mujeres, cómo nos sentimos degradadas al no poder caminar por la calle en paz sin que algún hombre sin educación, nos diga una vulgaridad en la calle. Sería bueno que todos los hombres, por un momento presenciaran como otro hombre, igual de vulgar que ellos, le dice un comentario pasado de tono a su hermana, su madre o su hija en la calle. Ya quisiéramos ver su reacción, la ira que sentirían y a partir de esto todos se abstendrían de hacer lo mismo la próxima vez que pasen al lado de una mujer bonita. 

Hemos ganado miles de luchas, hemos llegado donde queremos estar pero no hemos podido cambiar la percepción que tiene la sociedad del rol que juega la mujer. Cada error que cometemos, es porque somos mujeres. Nunca falta la cara de decepción cuando el conductor de al lado se da cuenta que quien va al volante es una mujer, y que esa mujer, solo por ser mujer, cometió un error y por lo tanto no es buena conductora. Otro “problema” que tenemos las mujeres es que nos convertimos en un peso para la compañía cuando se dan cuenta que estamos embarazadas, eso que es un milagro, la alegría más grande de una mujer, es un peso, un costo para una empresa. Por eso, prefieren a los hombres antes que contratar a una mujer.

El único error en las luchas por las que hemos pasado es que buscamos igualdad entre iguales y esto ¡no es así! Somos completamente diferentes, para que seamos iguales necesitamos aceptar el hecho de que nunca vamos a ser iguales que los hombres ni ellos a nosotros. Por mucho tiempo hemos pretendido que no somos vulnerables y que podemos enfrentarnos al mundo sin la protección que recibimos de nuestros amigos hombres, padres, hermanos, etc. Queremos ser iguales, podemos ser iguales, podemos dar lo mismo (intelectualmente) que los hombres pero eso no nos hace menos vulnerables, seguimos necesitando de ese hombre caballeroso que nos abra la puerta del carro y nos regale flores en cada aniversario, de ese hombre (amigo, hermano, hijo, padre, novio, esposo) que nos brinda protección y/o atención que nosotras mismas no nos podemos dar, porque sí somos vulnerables y es una de las virtudes más hermosas de ser mujer.

Mónica Solano Mata
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 13 de julio de 2013.

miércoles, 10 de julio de 2013

Vida larga vs Vida corta

A sus 30 años, el fallecimiento de mi hermano, un alcohólico, drogadicto, homosexual, un buen hermano; me llevó en una serie de preguntas, acerca de la valoración que se le da a una vida corta y acelerada. Cuando me refiero a una vida corta y acelerada en este caso me estoy refiriendo a una vida donde imperó la satisfacción inmediata de los placeres, desmedidos, sin límites, que llevaron al fin de la vida del individuo, que sin darse cuenta fue lo que lo llevó a su fallecimiento.

El otro punto de este ensayo, sería la vida larga, queriendo decir, una vida sin muchos riesgos, dentro de lo que se diría responsable. Donde en la mayoría de los casos las personas catalogan una vida larga en años como preferible, como el ideal.

Se nos enseña a vivir con temor, con preocupaciones, construyendo un futuro que tal vez nunca llega.

No prefiero una vida larga donde vivo planeando, pensando a futuro, atado a un trabajo que me ayuda a pagar cuentas, o comprar cosas que no necesito, que nunca he tenido y no me habían hecho falta antes. Entre más dinero gano, mayores son los gastos superficiales.

Al preguntar a las personas, la mayoría dirán, preferir una vida larga sin cuestionarlo dos veces. Vemos insatisfacción en una vida corta, pensamos que falta tanto por vivir, la vida tiende a complicarse conforme aumenta la edad de las personas.

No son muchos los que se despreocupan a vivir realmente el día a día, haciendo lo que quieren en el momento, entregándose a lo que hacen en el presente, una forma de vida diferente. 

Puede verse incluso como una vida sin temores, ¿qué tipo de temores?, temor a no tener una carrera profesional, temor a no tener una relación de matrimonio estable, temor a no tener suficiente dinero para comprar, casa, carro, etc.

Porque no sentir alivio ante la muerte de una persona joven, si vivió sus años más saludables, más enérgicos y nunca tuvo que llegar a esas edades cuando la salud se complica por la misma vejez. Llego al final de sus preocupaciones, de sus temores, al fin descansa.

No por vivir más años se vivieron mejores experiencias, no por vivir más años se experimentó más, no por vivir más años se le saco más jugo a la vida; Prefiero sacarle el jugo al presente, que vivir guardando las frutas para el futuro, cuando tal vez ya no tenga las fuerzas, ni los deseos de exprimirlas.


Christopher Arias
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 9 de julio de 2013.

viernes, 5 de julio de 2013

El egoísmo en cualquier tipo de lobo

Cuando se piensa sobre la vida y las obras de personas como la Madre Teresa de Calcuta, Gandhi, Marcelino Champagnat, Nelson Mandela y otras figuras históricas que sobresalieron por sus esfuerzos altruistas, por lo general el razonamiento que se genera es un análisis acerca del desprendimiento de los intereses personales de cada uno para abrirle campo al bienestar de los que los necesitaron en esos momentos. Por la naturaleza misma de las conductas de estos pilares morales de la sociedad, es visto con recelo que alguien se atreva a describir la fuente de la bondad que sirve de motor para dichas conductas, pero sin temor a la censura trataré de relatar, lo que a mi parecer, constituye el backround de esa descripción.

El filósofo inglés Thomas Hobbes adaptó en su obra Leviatán la frase originaria del comediógrafo latino Tito Macio Plauto “Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”, la simplificó y la utilizó dentro de su obra como “El hombre es el lobo del hombre”, y da a entender que el ser humano cuenta con un egoísmo inherente. En este caso se utilizará esta frase como eje central pero no para los fines del pensador supra citado (justificar la “necesidad” de una monarquía absoluta para controlar las atrocidades de las que es capaz el ser humano en vista de dicho egoísmo), sino para delimitar el tren de pensamiento y sentar un punto de partida.

El hombre es egoísta por naturaleza, pero es esencial no ver este tipo de egoismo desde una perspectiva morbosa o sombría. Me refiero a un egoísmo en tanto las prioridades de cada individuo establecen un panel de características personales, que inevitablemente van formar el carácter de cada persona. De tal manera que todas las actividades que un ser humano realiza, llevan como timonel el interés por la satisfacción de sus deseos o necesidades personales.

Cualquier conducta (teleológicamente mala o buena) va teñida por la jerarquía de intereses individuales, es decir, las buenas acciones simbolizan una escala de prioridades que socialmente suscitan empatía, y es por eso que a los personajes mencionados anteriormente se les recuerda con tanta estima y admiración. Por otro lado, las conductas tachadas o censuradas de los históricos “villanos”, permiten visualizar un orden de prioridades siniestro y lejano de una construcción moral sana.

Ahora bien, la materialización de este egoísmo lo propongo de la siguiente manera: una mujer camina por la calle y encuentra a un indigente que le solicita ayuda económica para un plato de comida, la mujer registra su bolso y saca un billete de dos mil colones, se lo entrega al caballero y sigue su camino; en otro punto espacial y temporal, el cura Marcelino Champagnat sale del seno familiar a los 14 años para dedicar su vida entera a atender huérfanos y niños de escasos recursos en zonas marginales de la Francia posrevolucionaria. De acuerdo con lo explicado anteriormente, la mujer se desprendió del dinero para que el señor pudiera comer, en tanto la idealización de ese resultado le provoca satisfacción a mujer, de la misma manera, el filántropo francés encontraba una zona de confort sabiendo que sus acciones iban a tener repercusiones positivas en la vida de los jóvenes que ayudaba.

Una persona que arriesga su integridad física para auxiliar a un gato que se está ahogando en una piscina, lo hace porque en su escala de prioridades vale la pena exponerse a las consecuencias de esa acción en virtud de la salud del felino, e inevitablemente sentirá satisfacción, independientemente del resultado, por haber hecho lo que se había establecido como apropiado. En síntesis, el buen obrar surge de la capacidad de una persona para reconocer y aceptar como móvil de acción situaciones que favorecerán a los que le rodean y no tanto la búsqueda de un resultado positivo directo.

La finalidad de lo esbozado no es subestimar las buenas intenciones o justificar las malas, sino dar un punto de vista de lo que las provoca y (tal vez) ayudar a establecer un método para estandarizar esta construcción. A final de cuentas no esta tan lejos la cura del mundo.


José Pablo Martínez Miranda
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica


Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 5 de julio de 2013.
http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/83173

viernes, 28 de junio de 2013

Regulación de Armas: entre la Seguridad Ciudadana y el Armamentismo

El primer argumento, y me atrevería a decir favorito, de cualquier defensor de las armas, para oponerse a la regulación de su tenencia, es la muy repetida frase: “las armas no matan personas, las personas matan personas”. Siendo la esencia de este argumento que las armas son meras herramientas y que el problema es realmente la mente que las acciona.

Resulta extraña esta argumentación pues es claro que toda invención del ser humano es accionada por él mismo y eso no evita su regulación, muy por el contrario, la hace necesaria. Esto es aún más importante cuando se trata de herramientas que contienen el poder de quitar no una, sino decenas de vidas humanas en cuestión de segundos, siendo tal poder la marca de su peligrosidad y la razón de su regulación.

Sin embargo, cada día que pasa el ser humano crea armas cada vez más potentes, peligrosas y con mayor poder destructivo, pero nuestras leyes para regular su tenencia y su uso, no cambian.

Pero avancemos a una problemática que provoca todavía más consternación, ¿qué pasa cuando no es una mente cegada por la violencia la que la acciona? ¿qué se argumenta entonces?

Pocas veces los opositores de la regulación de armas contemplan la problemática de las muertes causadas por accidentes con armas cometidas por niños y niñas menores de edad. Por el contrario se tiende a minimizar esta realidad al punto de hacerla ver como lejana, excepcional y casi inexistente. Nada podría estar más lejos de la realidad.

Desde la trágica matanza en la escuela de Newtown, Connecticut, EEUU, el 14 de diciembre del año pasado, el tema de la muerte de menores de edad ha atraído mucha más atención, desde entonces, 35 niños y niñas menores de 12 han muerto a manos de un familiar portando un arma de fuego legal y otros 40 han muerto por un accidente involucrando un arma de fuego legal. De esos 40 casos accidentales, 29 fueron cometidos por otros niños.

La violencia con armas de fuego no se limita a sus efectos en nuestros infantes. Un reciente estudio realizado por la Asociación de Alcaldes Contra las Armas Ilegales en EEUU, concluyó que la tenencia de armas repercute de manera directa en la epidemia de violencia doméstica que está sufriendo ese país en este momento. El estudio abarcó 25 años de datos y sus resultados son sorpresivos pero no inesperados: la presencia de un arma en una relación con antecedentes de violencia doméstica implica para ellas un 500% más de probabilidad de ser asesinadas, además las mujeres estadounidenses son 11 veces más propensas a ser asesinadas por sus parejas íntimas que sus homólogas en los demás países desarrollados. 

En nuestro país, según las bases de datos del Poder Judicial, en el año 2012, el 43% de los femicidios fueron ocasionados por armas de fuego, el 80% de los homicidas fueron concubinos y el 20% esposos. El perfil de las víctimas aduce a mujeres costarricenses, dedicadas al hogar y al menos la mitad de las víctimas procrearon hijos con el homicida, la mayoría de ellas ubicadas en el rango de los 20 años. De igual forma el suicidio de jóvenes menores de 25 años es principalmente llevado a cabo con armas de fuego. La mayoría de esas armas son legales y propiedad de un familiar.

En un país donde la cacería ha sido prohibida, con excepción de casos especiales de subsistencia, la única razón que justifica la tenencia de un arma de fuego por parte de un ciudadano es la defensa personal. Esta tenencia debe ser regulada con un marco legal construido alrededor del reconocimiento de las consecuencias de las armas, citadas anteriormente, pero que contenga una visión para combatir el tráfico de armas legales e ilegales.

Hay en este momento dos proyectos de ley en la corriente legislativa tendientes a la regulación de armas en nuestro país. El primero es el proyecto de ley Nº 17977 impulsado por el Movimiento Libertario y el segundo es el proyecto de ley Nº 18050 propuesto por el Ministerio de Justicia y Paz.

El aporte más valioso del proyecto de ley libertario es la creación de clasificaciones de armas según su calibre y poder destructivo. Al igual que con los permisos de conducir para maquinaria pesada, camiones de carga y motocicletas, se necesitan años de experiencia y conocimiento para acceder a los niveles superiores de la clasificación. De esta manera al cumplir los 18 años, un joven puede iniciarse con armas de calibre menor y con los años, y el cumplimiento de requisitos adicionales, tener la posibilidad de obtener permisos para un calibre mayor.

A pesar de lo anterior hay aspectos preocupantes de este proyecto, como lo es la posibilidad de manufactura industrial de armas en nuestro territorio nacional, la cantidad irrestricta de armas que un individuo puede poseer y la no división de los permisos de tenencia (para defensa del hogar) y portación (para defensa personal en público). 

El aporte más valioso del proyecto de ley 18050, es la prohibición de manufactura de armas en el territorio nacional, la restricción sobre la cantidad de armas que un ciudadano puede poseer y la división de los permisos de tenencia y portación. 

Ambos proyectos no son antagónicos, pueden ser fusionados y sus diferencias armonizadas, prevaleciendo siempre el espíritu de resguardo del ánimo pacífico de nuestra nación. Al final, el tema de la tenencia no se trata de prohibición sino de regulación. Todo propietario de un arma debe promover la tenencia responsable de la misma, consciente de lo necesaria que es una educación integral para su uso. Siempre nos hemos enorgullecido de nuestra cultura pacifista y civilista, la regulación de armas que impere en nuestro país determinará el futuro de este carácter nacional.


José Daniel Córdoba
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital el Pais.cr el 28 de junio de 2013.

miércoles, 26 de junio de 2013

Fertilización in vitro

En el año 2000 diez parejas vieron sus derechos violentados para formar una familia y acudir a un tratamiento contra la infertilidad. Hoy la Corte Interamericana de Derechos Humanos exige al estado costarricense restituir esos derechos. Cuando una pareja decide tener hijos y formar juntos una familia puede ser que esa decisión pueda verse truncada porque en el hombre o en la mujer se presentan problemas de fertilidad, iniciando así un camino lleno de obstáculos y tratamientos para intentar un embarazo. El Doctor Gerardo Escalante, ginecólogo y director del Instituto Costarricense de Infertilidad (ICI), afirma que el 15 % de las parejas tienen problemas de fertilidad, en muchos casos por algún defecto congénito en los genitales, o bien adquiridos por algún accidente o enfermedad.

“Los problemas de fertilidad se pueden presentar por infecciones pélvicas o enfermedades como la endometriosis, que afectan las trompas de Falopio, o en los hombres a causa de un trauma, golpe o una infección, tienen recuentos espermáticos tan bajos que no pueden conseguir de manera natural que el óvulo de la mujer se fecunde con un espermatozoide” explica el especialista.

La fertilización In vitro es un tratamiento no un experimento. La técnica tiene muchas probabilidades de ser efectiva en parejas con problemas de fertilidad y se aplica después de estudios y análisis que determinen que esta es la alternativa adecuada para un problema específico. La Organización Mundial de la Salud (OMS), es una entidad que aclara que los problemas de fertilidad son una enfermedad cuando una pareja después de un año de sostener relaciones sexuales sin protección, no logra un embarazo.

Legalmente en el momento de hablar de fertilización in vitro hay muchas interpretaciones, el abogado Gerardo Trejos, ha defendido a muchas parejas que la ley no les permite someterse a este tratamiento, Trejos considera que la biología nos puede decir cuando es el inicio de la vida humana y es innegable que es cuando el espermatozoide fecunda el óvulo pero la biología no nos puede decir a partir de cuándo se es persona, porque este no es un concepto exclusivo de ese campo y requiere de otras interpretaciones como el religioso, histórico, social y antropológico. El derecho fundamental y principal a la vida es absoluto.

La vida es un derecho relativo, porque aunque es muy importante en el orden jurídico interno de los países y en el jurídico internacional se admiten excepciones, de ésta manera es que los derechos del embrión se enfrentan al derecho que tiene la mujer y el hombre de formar una familia, por lo que algunos protegen al embrión pero otros protegen los derechos de crear y formar una familia.

Por su parte, Hermes Navarro del Valle, abogado que en aquel momento presentó la acción de inconstitucionalidad y por la cual la sala IV tomó la decisión, indica que la resolución de aquel momento fue enfática al aducir que en la medida que no se presentaran avances en la técnica no debía aplicarse la FIV en el país.

La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San José, a las quince horas con veintiuno minutos del quince de marzo del dos mil prohíbe la fecundación in vitro en nuestro país. La sentencia por la que la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica declara ilícita la fecundación in vitro destaca por su insólito rigor en estos tiempos. Al dar la razón al recurso de inconstitucionalidad contra el decreto que regula estas prácticas, los jueces costarricenses han dado muestra de coherencia jurídica en lo tocante al respeto a la vida.

La sentencia inaugura un nuevo modo de afrontar esta materia, basado en el principio de que, mientras la fecundación in vitro genere la muerte de embriones, debe ser prohibida. El razonamiento en que se apoya esa decisión es el que el derecho a la vida afecta a todos los seres humanos, entre los que se encuentra el embrión, porque "en cuanto ha sido concebida, una persona es una persona y estamos ante un ser vivo, con derecho a ser protegido por el ordenamiento jurídico".

Una exigencia del derecho a la vida del embrión humano, derivada del deber de protección por parte del Estado, es que no "sea expuesto a un riesgo desproporcionado de muerte". Esta es la razón fundamental por la que el Tribunal declara inconstitucional el decreto sobre fecundación in vitro. La sentencia argumenta así: "La aplicación de la técnica importa una elevada pérdida de embriones, que no puede justificarse en el hecho de que el objetivo de esta es lograr un ser humano, dotar de un hijo a una pareja que de otra forma no podría tenerlo. Lo esencial es que los embriones, cuya vida se procura y luego se frustra, son seres humanos, y el ordenamiento constitucional no admite ninguna distinción entre ellos".

La objeción principal de la Sala es que la aplicación de la técnica importa una elevada pérdida de embriones, que no puede justificarse en el hecho de que el objetivo de ésta es lograr un ser humano, dotar de un hijo a una pareja que de otra forma no podría tenerlo. 


Daniela Vargas Vásquez
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 26 de junio de 2013.

miércoles, 19 de junio de 2013

Tormentoso Cuatrienio

A poco menos de un año de dar por finalizado el período presidencial a la cabeza de la Presidenta Laura Chinchilla Miranda parece no quedar en la memoria colectiva algún aspecto positivo de su labor, todo lo contrario, las continuas y desafortunadas decisiones apuntan a que este gobierno no pasará desapercibido. 

Lastimosamente no pasará desapercibido por sus aciertos, todo lo contrario, uno tras otro han sido los hierros que se le señalan a la gestión de la Presidenta, esto le ha merecido recibir una de las más bajas calificaciones en la popularidad que ha recibido un Presidente en los últimos años; y a ubicarla en la peor calificada de América, esto según encuestas publicadas recientemente.

En entrevista brindada para un medio de comunicación televisivo, se le consultó a la Presidenta sobre que pensaba de esa mala valoración hacia ella, a lo que respondió de forma evasiva indicando que lo importante no era la calificación que se le diera a ella, sino que lo verdaderamente trascendental es que las metas de su plan de gobierno se estaban cumpliendo y que Costa Rica avanza.

Sin embargo semanas antes se anunciaba que se invertirían millonarias sumas de dinero en publicidad para mejorar su imagen y tratar de comunicar a la población los logros de su gestión; en otras palabras la misma Presidenta se contradice al indicar que no le importa la mala calificación de su gestión pero por otra parte se decide utilizar astronómicas cifras para mejorarle su decaída imagen e intentar que su planteamiento discursivo tenga eco en la población.

Este discurso no ha calado en la población, pues es difícil asociar la Costa Rica que la Presidenta describe en sus continuos y elocuentes discursos, de la Costa Rica que vivimos a diario, una Costa Rica con un continuo deterioro en los servicios públicos, aumento de la brecha social, altas tasas de desempleo en la población joven, corrupción, y en general, un clima de incertidumbre y desconfianza sobre el actuar del Estado.

Pese a lo anterior hay dos aspectos importantes que se le señalan como logros de su gestión, en primer lugar la seguridad, pues se disminuyeron los índices de criminalidad, y en segundo lugar la estabilidad económica del país pese a la crisis internacional de la cual no hay todavía recuperación.

Sin embargo estas conquistas, bastante trascendentales, son opacadas por torpezas políticas que han generado la mayor cantidad de protestas y manifestaciones sociales de los últimos años. Gran parte del descontento ha sido canalizado a través de este mecanismo pues las respuestas institucionales no han sido efectivas, ni a tiempo.

Son los últimos acontecimientos, en donde la Presidenta se ve involucrada en un escandaloso viaje utilizando el avión de un empresario con supuestos ligámenes con el crimen organizado, los que parecen sepultar de manera definitiva cualquier esperanza del gobierno por revertir la percepción negativa hacia su gestión.

En fin, este tormentoso cuatrienio nos permiten destacar dos conclusiones, una es la importancia de la figura presidencial dentro de nuestro sistema institucional y la repercusión que una buena o mala imagen sobre la misma puede tener en la calificación global de la gestión del gobierno, y en segundo lugar es que difícilmente podrá revertirse en menos de 1 año, 3 años de frecuentes tropiezos. 

David Vélez Matamoros
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPais.cr el 19 de junio de 2013.

lunes, 10 de junio de 2013

Condiciones laborales inciertas

He observado las condiciones en las que laboran los empleados de las grandes cadenas de comida rápida que a pesar de los exorbitantes ingresos que perciben, no logren ofrecer a sus empleados mejores espacios para trabajar dignamente, y de forma consecuente, ofrecer un servicio de verdad más cálido, y no la mecánica letanía a las que nos tienen acostumbrados a la hora de ordenar.

El punto de esto no es plantear una preocupación falsa o una crítica culinaria, va más allá, es plantear la indignación que causa ver de frente la explotación laboral en el siglo XXI disfrazada de cajitas felices, salsitas chipotle y BBQ, de magnificos combos de comida chatarra y en fin, del poder del dinero comprando la dignidad de los trabajadores obligados a “sonreír” y callar, mientras nosotros nos llenamos la boca con indiferencia.

Para quien no haya tenido la oportunidad (o la suspicacia) de admirar el ámbito laboral mencionado, es más o menos el siguiente: la parte visible es la cocina (visible para que usted pueda observar cómo se preparan sus alimentos), y visiblemente incómoda además, porque en un espacio alrededor de 3x7 mts. Desarrollan sus labores unas ocho o diez personas entre cocineros, supervisores, cajeros y conserjes, también al reducido espacio hay que agregarle altas temperaturas consecuencia del calor de las planchas de cocina, la presión y tensión por realizar un servicio rápido y eficiente entre oleadas de ruido y confusión, y mientras todo esto sucede a veces más a veces menos, nuestro empleado debe lucir siempre contento y digno, muy digno. En la parte no visible (y realmente incómoda) tenemos el incumplimiento de pagos en horas extra, horarios móviles y variables, poco personal y mucho trabajo; pero el mundo no está hecho para los justos y la mayoría de personas decide soportar ya que las opciones laborales tampoco son abundantes.

Nuestra Constitución Política guarda en sus aposentos una hermosa cita, la encontramos en el artículo 56 que en resumen ordena que el Estado debe procurar que todos los habitantes tengan una ocupación honesta, útil y remunerada, que el trabajo es un derecho y un deber, que está prohibido establecer condiciones que menoscaben la libertad o la dignidad humana, ni que tales condiciones “DEGRADEN SU TRABAJO A LA CONDICIÓN DE SIMPLE MERCANCÍA”.

Nuestros legisladores utilizaron el adjetivo más correcto para describir la forma en que estas empresas ven a sus empleados “simple mercancía”, a pesar de todo, esta afirmación no resulta tampoco tan fácil de sostener, por lo menos no frente a los ojos de muchas personas, ya que el dinero se ha ocupado en ocultar lo que a simple vista resulta evidente.

En Costa Rica no han habido demandas laborales trascendentales en contra de las grandes cadenas alimentarias, pero alrededor del mundo ya se ha llamado la atención al respecto, por ejemplo en Hong Kong, una investigación realizada por un diario local dio como resultado que la marca Mc Donalds se viera involucrada en la explotación laboral de menores entre 12 y 7 años para la elaboración de juguetes, en el 2011 esta misma empresa fue demandada ante los tribunales brasileños por la inestabilidad de los horarios; en Honduras, la Asociación para una Sociedad más Justa investigó a las tres empresas que manejaban el mercado de comidas rápidas en ese país, a saber: Grupo Turístico (INTUR), Alimentos Internacionales S.A (ALINSA) y Comidas Especiales, dicha investigación dio como resultado la negativa por parte de estas empresas a reconocer horas extra y problemas con los derechos de maternidad entre otras.

En todo caso, esta es la forma en la que siempre ha funcionado el mundo en que vivimos, quien tiene el poder tiene el control, y si a esta situación sumamos la nueva tendencia de la empresa privada por promover las asociaciones solidaristas y los comité permanentes en lugar de los sindicatos, tendremos como resultado un gremio en abandono, donde al fin y al cabo, los empleados vienen y van convirtiéndose en una parte más, un engranaje más de la máquina gutural que todo lo traga y a cambio sólo da….las sobras.

Yoser González Hernández
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica


Artículo publicado en el diario digital elPaís.cr el 10 de junio de 2013.
http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/82198

sábado, 8 de junio de 2013

La paz mundial

“Hace ciento treinta años, después de visitar el país de la Maravillas Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana.”

Hablar de la paz mundial resulta utópico. Existen demasiados intereses y pensamientos que llevan a las personas y a los Estados a tener conflictos entre sí. Pero en materia de derecho internacional y para efecto de este artículo, vamos a entender “paz” como la ausencia de guerra.

Existe dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un consejo específico encargado de velar por la paz mundial: el Consejo de Seguridad. Su función principal es “mantener la paz y la seguridad internacional en conformidad de los propósitos y principios de las Naciones Unidas.”

Está integrado por cinco Miembros Permanentes: Rusia, Francia, Gran Bretaña, China y EEUU, y diez miembros no permanentes: que son electos de 5 en 5 cada año conforme a una distribución geográfica equitativa.

En el Consejo de Seguridad las decisiones que se toman deben de estar apoyadas por 9 de sus 15 miembros sin ninguna votación en contra de los miembros permanentes, porque tienen derecho al veto. Obviamente esos miembros permanentes, pueden desechar una decisión si va en contra de sus propios intereses.

Rusia, Francia, Gran Bretaña, China y EEUU tienen otra característica en común: son los mayores exportadores de armas a nivel mundial. O sea, los países que deciden sobre la paz en nuestro planeta son los que fabrican la materia prima para la guerra.

Las decisiones de los demás estados miembros no permanentes además de que pueden ser vetadas, están condicionadas. Debido a que varios de esos países, dependen de una u otra manera de Rusia, Francia, Gran Bretaña, China o EEUU. Si esos estados miembros necesitan aprobar una resolución, pueden utilizar sus influencias económicas y políticas para “convencer” a cuatro países más.

¡Qué dicha que hay una organización segura que vela por la paz, podemos sentirnos protegidos!

Adelina Rodríguez Vásquez
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica

Artículo publicado en el diario digital elPaís.cr el 8 de junio de 2013.