sábado, 20 de abril de 2013

Juventud y la política actual

Anoche, un viernes del montón, es fácil deducir que la mayoría de los jóvenes salían a tomar alcohol, a tener amoríos de una noche o, simplemente, se quedaban en casa fijados a una computadora inmersos en un mundo virtual que los hace creer que con fotos en redes sociales cargadas de sarcasmo e improperios hacia el gobierno lograrán cambiar la realidad política tangible que, siendo sinceros, ellos no entienden. Otros mientras tanto, nos encontrábamos reunidos, planeando los detalles finales de la campaña que se nos avecina. Y es que el movimiento de juventud dentro de los partidos políticos nacionales, poco a poco deja de ser solo parte del discurso y empieza a tener relevancia considerable dentro de las decisiones que se toman dentro de los mismos.

Es utópico pensar que el adultocentrismo es una época superada en la política nacional, sabemos que difícilmente se erradicará por completo. Pero, lo que es importante rescatar es la actitud de algunos jóvenes que sí queremos cambiar la situación, ya que no podemos olvidar que los jóvenes en este momento constituimos aproximadamente un 40% de la población del país. Sin embargo, tenemos menos injerencia en las decisiones que se toman en nuestro país, a pesar de formar un porcentaje importante que se verá directamente afectado por las disposiciones políticas.

Nos decimos a nosotros mismos y se encargan de recordarnos que “somos el futuro”, pero, ¿qué futuro llegaremos a ser si no se nos invita a ser parte de la realidad, de los procesos ni de las decisiones? Seremos un porvenir pueril y falto de experiencia en materia de “madurez política”.

La manera actual en la que un joven decide involucrarse en política es distinta a la de tiempos pasados. Por ejemplo, antes la filiación a los partidos era meramente tradicionalista, mientras que ahora -por lo menos en nuestro caso- es primero por convicción y luego, por tradición. Y es en el momento donde nos ponemos a pensar el por qué seguir a un partido cuando la televisión te dice que no hacen absolutamente nada, el omnisapiente Facebook y todos sus expertos en política, te dicen que todo es culpa de ellos y sus planes de conquistar al mundo, lo que nos tiene al borde de un colapso social.

Es ahí cuando caemos cuenta de que la realidad no se puede pintar de blanco o negro, que la salvación del país no es verde o amarilla, y que no se puede culpar de los problemas a una u otra parte, sino que todos somos parte de la realidad que vivimos y hemos construido.

Actualmente, la manera en la cual los partidos políticos utilizan o integran a sus jóvenes es muy distinta. Por un lado, los partidos de inclinación un poco más marxista los adoctrinan de una forma casi religiosa. Otros, de tendencia socialdemócrata, buscan una integración más activa dentro de cada espacio de participación que se les ofrezca. Por último, los partidos más cercanos a las tendencias liberales son famosos por enviar a sus miembros a capacitarse al exterior para que alardeen con dichos programas.

Sea cual sea el modo de trabajo, lo que se debe rescatar es la intención de esa mínima fracción de jóvenes que se informa, trabaja y, aún más importante, propone. Es un gran progreso ver que las primeras filas de obreros en los partidos estén conformadas por jóvenes; sin embargo, lo que más me agrada es notar que ellos mismos buscan reclutar a más de los suyos e incentivarlos a formar parte del grupo. Con estas iniciativas, se deja atrás el conocido y peyorativo puesto de “pega banderas” y se empiezan a convertir en focos de crítica que ayudan a la población a ver más lejos de los titulares de los periódicos amarillistas y las revistas rosas.

Ser joven es difícil, crees saberlo todo y aún no te conoces a vos mismo, pero ser joven y comprometido a tiempo completo lo es aún más. Sacar el tiempo para informarte, leer un libro para entender una ideología, o sencillamente para saber cómo discutir un tema o mantener una conversación, te aleja de la masa, te convierte en el encargado directo de cambiar un poco esta sociedad y más de eso, fomenta el relevo generacional tan necesario actualmente.

Emilio Arce
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica.
 
Artículo publicado en el diario digital El País.cr el sábado 20 de abril de 2013.

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