lunes, 10 de junio de 2013

Condiciones laborales inciertas

He observado las condiciones en las que laboran los empleados de las grandes cadenas de comida rápida que a pesar de los exorbitantes ingresos que perciben, no logren ofrecer a sus empleados mejores espacios para trabajar dignamente, y de forma consecuente, ofrecer un servicio de verdad más cálido, y no la mecánica letanía a las que nos tienen acostumbrados a la hora de ordenar.

El punto de esto no es plantear una preocupación falsa o una crítica culinaria, va más allá, es plantear la indignación que causa ver de frente la explotación laboral en el siglo XXI disfrazada de cajitas felices, salsitas chipotle y BBQ, de magnificos combos de comida chatarra y en fin, del poder del dinero comprando la dignidad de los trabajadores obligados a “sonreír” y callar, mientras nosotros nos llenamos la boca con indiferencia.

Para quien no haya tenido la oportunidad (o la suspicacia) de admirar el ámbito laboral mencionado, es más o menos el siguiente: la parte visible es la cocina (visible para que usted pueda observar cómo se preparan sus alimentos), y visiblemente incómoda además, porque en un espacio alrededor de 3x7 mts. Desarrollan sus labores unas ocho o diez personas entre cocineros, supervisores, cajeros y conserjes, también al reducido espacio hay que agregarle altas temperaturas consecuencia del calor de las planchas de cocina, la presión y tensión por realizar un servicio rápido y eficiente entre oleadas de ruido y confusión, y mientras todo esto sucede a veces más a veces menos, nuestro empleado debe lucir siempre contento y digno, muy digno. En la parte no visible (y realmente incómoda) tenemos el incumplimiento de pagos en horas extra, horarios móviles y variables, poco personal y mucho trabajo; pero el mundo no está hecho para los justos y la mayoría de personas decide soportar ya que las opciones laborales tampoco son abundantes.

Nuestra Constitución Política guarda en sus aposentos una hermosa cita, la encontramos en el artículo 56 que en resumen ordena que el Estado debe procurar que todos los habitantes tengan una ocupación honesta, útil y remunerada, que el trabajo es un derecho y un deber, que está prohibido establecer condiciones que menoscaben la libertad o la dignidad humana, ni que tales condiciones “DEGRADEN SU TRABAJO A LA CONDICIÓN DE SIMPLE MERCANCÍA”.

Nuestros legisladores utilizaron el adjetivo más correcto para describir la forma en que estas empresas ven a sus empleados “simple mercancía”, a pesar de todo, esta afirmación no resulta tampoco tan fácil de sostener, por lo menos no frente a los ojos de muchas personas, ya que el dinero se ha ocupado en ocultar lo que a simple vista resulta evidente.

En Costa Rica no han habido demandas laborales trascendentales en contra de las grandes cadenas alimentarias, pero alrededor del mundo ya se ha llamado la atención al respecto, por ejemplo en Hong Kong, una investigación realizada por un diario local dio como resultado que la marca Mc Donalds se viera involucrada en la explotación laboral de menores entre 12 y 7 años para la elaboración de juguetes, en el 2011 esta misma empresa fue demandada ante los tribunales brasileños por la inestabilidad de los horarios; en Honduras, la Asociación para una Sociedad más Justa investigó a las tres empresas que manejaban el mercado de comidas rápidas en ese país, a saber: Grupo Turístico (INTUR), Alimentos Internacionales S.A (ALINSA) y Comidas Especiales, dicha investigación dio como resultado la negativa por parte de estas empresas a reconocer horas extra y problemas con los derechos de maternidad entre otras.

En todo caso, esta es la forma en la que siempre ha funcionado el mundo en que vivimos, quien tiene el poder tiene el control, y si a esta situación sumamos la nueva tendencia de la empresa privada por promover las asociaciones solidaristas y los comité permanentes en lugar de los sindicatos, tendremos como resultado un gremio en abandono, donde al fin y al cabo, los empleados vienen y van convirtiéndose en una parte más, un engranaje más de la máquina gutural que todo lo traga y a cambio sólo da….las sobras.

Yoser González Hernández
Estudiante de la Facultad de Derecho
Universidad de Costa Rica


Artículo publicado en el diario digital elPaís.cr el 10 de junio de 2013.
http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/82198

No hay comentarios.:

Publicar un comentario